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Discurso ante dignatarios y políticos internacionales

Honorables legisladores y dignatarios amantes de la libertad,

Queridos amigos,

Estoy realmente encantada de volver a verlos. En los últimos dos años, lamentablemente se nos privó de esta reunión. Los residentes de Ashraf estamos encantados de verlos aquí, en Ashraf-3, porque podemos ver a nuestros amigos en días difíciles. Fueron días desafiantes, pero superamos todos los obstáculos con su ayuda y respaldo.

De hecho, han visitado el museo de la Resistencia iraní, el cual, ofrece solo con un vistazo, el dolor y el sufrimiento del pueblo iraní, y la gloriosa resistencia de los muyahidines contra el régimen.

Tres realidades sobre Irán

Quiero aprovechar esta oportunidad para revisar las circunstancias en Irán.

Tres verdades sobre Irán, brindan una imagen clara a toda audiencia.

Primero, el régimen está podrido hasta la médula. En segundo lugar, el movimiento de protesta continúa en Irán. Y, en tercer lugar, está el papel de la Resistencia iraní, en la conducción de la situación hacia el derrocamiento del régimen.

Los mulás están tratando de ocultar, a través de aventuras, amenazas y exageraciones, su miedo al único rival del régimen, la Resistencia del pueblo iraní, que es su talón de Aquiles.

Ustedes, queridos amigos, han atacado precisamente esta debilidad fundamental del régimen, al apoyar la lucha del pueblo iraní por la libertad y la democracia. La solidaridad de varias tendencias en los mundos árabe y occidental, con la lucha del pueblo iraní, no es aceptable para los mulás.

Recientemente, cinco mil miembros de la Unidades de Resistencia en Irán, enviaron mensajes de vídeo, declarando su disposición a derrocar al régimen. La frase común de sus declaraciones fue “podemos y debemos”. Podemos y debemos derrocar al fascismo religioso en Irán. Y el pueblo iraní, y la Resistencia son capaces de hacerlo.

Este es un gran paso en la estrategia de la Resistencia iraní, la cual está trabajando para organizar a los jóvenes rebeldes en Irán, para que, en combinación con los levantamientos populares, puedan sacar al régimen del camino del pueblo iraní, hacia la libertad.

Los factores determinantes de la situación iraní están cambiando. Uno, es la sociedad iraní, la cual avanza hacia el derrocamiento del régimen. La otra, son las terribles circunstancias del régimen. Hoy, uno de los problemas urgentes de Khamenei, son las frecuentes deserciones del Cuerpo de Guardias Revolucionarios (IRGC).

Un acontecimiento revelador en las últimas semanas, fue el despido de los más altos mandos del IRGC. Incluidos el comandante de la división especial a cargo de la protección de Khamenei, y el comandante de la organización de inteligencia del IRGC.

El régimen iraní ¿es débil o fuerte?

Aquellos que desconocen la situación en Irán y el estado real de los mulás, piensan que la exportación del terrorismo, por parte del régimen, o el uso de drones y misiles, contra países vecinos es una señal de poder. Por supuesto, esto es un disparatado error.

La represión interna o los lanzamientos de misiles y la guerra en el extranjero, son fundamentales para la supervivencia del fascismo religioso. Por lo tanto, el día que se entreguen, el régimen dejará de existir. Una víbora moribunda muerde hasta el último momento.

La única forma de hacer retroceder al régimen, es la firmeza, y por supuesto, el elemento determinante, es la Resistencia iraní.

Nuestros amigos de los países árabes y musulmanes, pueden recordar que Khomeini, el fundador del régimen, estuvo en guerra con el país vecino, Irak, durante ocho años.

Khomeini solía decir que continuaría la guerra hasta la destrucción del último ladrillo de los edificios de Teherán. Mientras que, en el verano de 1982, era posible poner fin a la guerra y establecer la paz, Khomeini y el régimen lo impidieron. Finalmente, el éxito de las operaciones del Ejército de Liberación Nacional, y el temor de Khomeini a ser derrocado, lo obligaron a aceptar el alto al fuego. Incluso entonces, reconoció que estaba bebiendo del cáliz venenoso del alto al fuego.

Actualmente la debilidad del régimen se puede ver en varios hechos significativos, incluyendo la continuidad del movimiento de protesta, la expansión de la red de la Resistencia y sus operaciones dentro de Irán, la incapacidad de los mulás para resolver los problemas sociales y económicos, las deserciones en el IRGC, y el fracaso del régimen para continuar con su teatralidad sobre la reforma y la moderación.

El apaciguamiento a los salvajes mulás

Por esta razón, el régimen clerical nunca ha estado tan necesitado del apaciguamiento de Occidente. Los mulás muestran garras y dientes, emitiendo una retórica antioccidental porque necesitan beneficiarse de las concesiones de seguridad, políticas y financieras de Occidente.

Desafortunadamente, los gobiernos de Occidente no han aprendido de los desastrosos resultados de “apaciguar” al régimen de los mulás, durante las últimas tres décadas. El reciente tratado entre Bélgica y los mulás para entregar a un diplomático-terrorista portador de bombas, a pesar de su condena por parte del poder judicial belga, es un ejemplo de esta política.

Los iraníes y simpatizantes de la Resistencia iraní protestaron por este vergonzoso acuerdo, realizando manifestaciones, mítines y sentadas en varios países.

Tal perseverancia, junto con las acciones legales de la Resistencia iraní, ha detenido el traslado del terrorista a Irán. El Tribunal de Apelación de Bélgica, se ha comprometido a examinar el caso.

En las últimas cuatro décadas, nunca ha habido un ejemplo en el que el intercambio de terroristas encarcelados por el régimen, a cambio de rehenes occidentales, no haya puesto en peligro la vida de los mismos ciudadanos occidentales.

La historia del enfoque paso a paso de los mulás hacia la bomba atómica, es la misma que la historia de dar incentivos al régimen.

Mientras los gobiernos occidentales se han quedado inactivos durante los últimos dos años, el régimen ha aprovechado la oportunidad para adquirir la bomba, mientras que una política decisiva podría haberlos detenido.

Un ejemplo más, es que los gobiernos occidentales se hacen de la vista gorda, ante las violaciones de derechos humanos dentro de Irán.

Durante el levantamiento de 2019, el IRGC recibió órdenes directas de Khamenei, masacrando al menos a 1.500 hombres y mujeres jóvenes. Desafortunadamente, Occidente optó por permanecer en silencio; el mismo silencio catastrófico que adoptó ante la masacre de 30.000 presos políticos en al año 1988.

En una serie de importantes revelaciones, hace tres meses, la Resistencia iraní, expuso millones de documentos de la Organización de Prisioneros del régimen clerical.

Quiero recordarles solo un párrafo de esos documentos: 5.370 presos están condenados a muerte o a retribución. Cincuenta y uno de ellos están condenados a lapidación. Sesenta menores se encuentran entre estos, condenados a muerte.

¿Es verdaderamente digno de la humanidad, hacerse la vista gorda ante este salvajismo?

Los mulás confían tanto en la conciliación de Occidente, que han enviado a muchos de sus agentes del Ministerio de Inteligencia, y de las Fuerzas Quds a vivir a Europa y Estados Unidos, como células durmientes. No faltan los informes de inteligencia, los cuales indican que los mulás obtienen el equipo necesario para su programa nuclear, así como los medios para reprimir al pueblo iraní, de esos mercados europeos.

El quid de la cuestión

¿Por qué cuando la sociedad iraní se prepara para derrocar al régimen, los gobiernos europeos se ponen del lado de los mulás?

Todo el problema es que se debe detener esa asistencia a los mulás, para evitar su caída. Debe dejarse de lado una política la cual, durante las últimas tres décadas, ha impedido el cambio democrático en Irán.

Ahora, es más evidente que nunca, que el Medio Oriente, el mundo árabe, y el mundo del Islam, no experimentarán calma. No pueden eliminar los obstáculos a su desarrollo político y económico, a menos que se eliminen las barreras del pueblo iraní, hacia el cambio de régimen.

El epicentro de la exportación de terrorismo, fundamentalismo y beligerancia en el Medio Oriente, el régimen clerical, debe ser eliminado.

El eslabón perdido de la política Occidental

Si, ha llegado el momento de una nueva política contra el régimen. El eslabón perdido en las políticas de los gobiernos europeos y estadounidense, es el desprecio por el pueblo iraní, especialmente por su resistencia organizada. Este enfoque ha servido al régimen de los mulás.

Los gobiernos de Europa y estados Unidos, deberían ponerse del lado del pueblo iraní y sus demandas. Se esperan algunas acciones específicas de los gobiernos europeos y de la Unión Europea:

·         Designar a todo el Ministerio de Inteligencia y al IRGC, como entidades terroristas

·         Expulsar a los agentes de inteligencia y del CRGI, de suelo europeo y privarlos de asilo y ciudadanía

·         Remitir al expediente de terrorismo, genocidio y crímenes de lesa humanidad del régimen, al Consejo de Seguridad de la ONU, y el enjuiciamiento de Khamenei, Raisi y otros dirigentes del régimen

·         Limitar las relaciones políticas y económicas con el régimen, para detener la ejecución y exportación de terrorismo, por parte del régimen de los mulás

·         Reconocer la lucha de los jóvenes rebeldes en Irán, contra el IRGC terrorista, para derrocar la tiranía religiosa

Por supuesto, como ha reiterado constantemente el líder de la Resistencia iraní, Massoud Ravaji: “El cambio de régimen y el derrocamiento de los mulás, es nuestra responsabilidad. Nuestro pueblo y los pioneros revolucionarios han emprendido esta tarea”.

La Resistencia iraní y la alternativa democrática del Consejo Nacional de Resistencia de Irán, creen en una república democrática, la igualdad de género, así como la separación de religión y estado. Ellos serán los abanderados de las relaciones justas, basadas en el respeto a la independencia, la soberanía nacional y la convivencia con sus vecinos y el mundo entero.

Estoy convencida de que siempre los tendremos a nuestro lado en esta lucha libertadora.

Gracias a todos.