Informe mensual de julio de 2022, Iran Human Rights Monitor

By Amigos españoles de Irán libre - agosto 03, 2022


Articelo fuente

 Introducción


El régimen iraní intensificó su represión de las libertades civiles, en medio de una fuerte presión económica sobre los iraníes.


Decenas de miembros de la sociedad civil iraní fueron detenidos o comenzaron a ser condenados a prisión en julio, entre ellos familiares de manifestantes asesinados, abogados y aclamados directores de cine.


El régimen clerical también continuó con las horrendas ejecuciones diarias.


Mientras tanto, el régimen intensificó la represión y acosó a las mujeres iraníes, con la excusa del hiyab inadecuado.


Los informes y las imágenes públicas en las redes sociales, han mostrado a patrullas de orientación, desplegadas en varias partes de la ciudad mientras agarraban violentamente a mujeres y niñas, metiéndolas en vehículos patrulla antes de llevárselas. Los agentes encubiertos (vestidos de civiles), quienes son afines al gobierno, igualmente tienen libertad para insultar a las mujeres y abusar de ellas.


Aunque el hiyab obligatorio siempre ha sido un desafío entre el pueblo y el régimen clerical desde 1979, esta vez la orden del presidente del régimen supuso una mayor escalada de represión contra las mujeres.


El 5 de julio, Ebrahim Raisi ordenó al Consejo Supremo de la Revolución Cultural, aplicar plenamente la resolución de 2004 sobre la castidad y el hiyab. Posteriormente, los líderes de la oración del viernes, así como funcionarios del gobierno, de alto y bajo nivel, han pedido medidas más duras contra las mujeres.


Muchos creen que ésta es la forma que tiene el régimen de hacer frente a una disidencia sin precedentes, en medio de una crisis económica, en un intento de mantener su ruinoso gobierno.


Este informe mensual repasa las continuas ejecuciones, la persecución de las minorías religiosas, la represión de la sociedad civil, así como el aumento de la violencia estatal contra las mujeres para imponer el hiyab obligatorio.


Ejecuciones:


El régimen iraní ejecutó al menos a 71 personas, 31 de ellas por delitos relacionados con las drogas y 34 por asesinato. Cuatro hombres fueron ejecutados tras ser declarados culpables de cargos de violación, y dos fueron ejecutados por el cargo de moharebeh (“hacer guerra contra la sociedad”). Entre los ejecutados había al menos tres mujeres.


El 23 de julio, las autoridades ejecutaron en público a Iman Sabzikar, en la provincia de Fars, tras la interrupción de las ejecuciones públicas durante dos años, por la pandemia.
Una investigación reciente realizada por el Centro Abdorrahman Boroumand para los Derechos Humanos en Irán y Amnistía Internacional, mostró que "durante los primeros seis meses de 2022, las autoridades iraníes ejecutaron una media de al menos una persona al día."



"La maquinaria estatal está llevando a cabo asesinatos a escala masiva en todo el país, en un abominable ataque al derecho a la vida. El asombroso número de ejecuciones de Irán en el primer semestre de este año, tiene los ecos escalofriantes de 2015, cuando se produjo otro espeluznante repunte", ha declarado Diana Eltahawy, directora regional adjunta para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.


"El nuevo aumento de las ejecuciones, incluso en público, muestra una vez más lo desfasado que está Irán con el resto del mundo, ya que 144 países han rechazado la pena de muerte en la ley, o en la práctica. Las autoridades iraníes deben establecer inmediatamente una moratoria oficial de las ejecuciones, con vistas a abolir completamente la pena de muerte", ha declarado Roya Boroumand, directora ejecutiva del Centro Abdorrahman Boroumand, organización iraní de derechos humanos.


Tortura:


El 27 de julio de 2022, las autoridades iraníes amputaron los dedos a un hombre condenado por robo, utilizando una máquina de guillotina. La sentencia se llevó a cabo en presencia de varios funcionarios y un médico, en la prisión de Evin, en Teherán.


Hace menos de dos meses, el 31 de mayo, las autoridades iraníes también amputaron los dedos a Sayed Barat Hosseini.


Desde entonces, se le mantiene aislado en la prisión de Evin y se le niega el tratamiento adecuado para sus heridas, que están infectadas tras la amputación de sus dedos.

Diana Eltahawy, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, declaró en un comunicado el 29 de julio: "Estas amputaciones son una muestra especialmente desgarradora del desprecio de las autoridades iraníes, por los derechos humanos y la dignidad. La amputación es una tortura sancionada judicialmente y por lo tanto, un delito según el derecho internacional, y todos los que participaron en la ordenación, o aplicación de estos castigos corporales, deben ser procesados en juicios justos."


Presos


Huelgas de hambre


El estado de salud de Reza Shahabi, miembro de la junta directiva del Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Autobuses de Teherán y Suburbios, quien está en huelga de hambre en la prisión de Evin desde el 15 de junio, es preocupante. Fue detenido en su domicilio el 10 de mayo, por agentes del Ministerio de Inteligencia, poco después de pedir públicamente a las autoridades, que investigaran las amenazas de muerte contra él y su familia.


Hassan Saeedi, miembro del mismo sindicato, está en huelga de hambre a pesar de su mal estado de salud en la prisión de Evin. Protesta por estar detenido sin juicio. Está recluido en el pabellón 209 de la prisión de Evin, en Teherán, controlada por el Ministerio de Inteligencia iraní.


Akbar Abolzade, activista de los derechos de las minorías turcas de Azerbaiyán, inició una huelga de hambre el 17 de julio, para protestar por la denegación de su permiso.


Leila Chegini comenzó su huelga de hambre seca el 13 de julio de 2022, en protesta por estar detenida sin ser juzgada e investigada.

Está enferma y corre el riesgo de que se le paralicen las dos piernas. Sin embargo, no se le permite ser atendida por un médico. Debido a sus graves lesiones en la espalda y a los hematomas e hinchazones en las piernas, ha solicitado repetidamente la visita de un médico. Incluso se comprometió a pagar el coste de la visita. Sin embargo, las autoridades de la prisión de Nowshahr, le han impedido acudir a las instalaciones médicas.


Negación de tratamiento médico


El poeta Yunes Al-Sarakhi, preso político de la prisión de Shiban, en Ahvaz, se encuentra en grave estado de salud tras un año de encarcelamiento. Sin embargo, las autoridades penitenciarias le han negado el tratamiento médico.


Tiene problemas respiratorios, dolor en las costillas y el pecho, pero las autoridades penitenciarias le han privado de permisos médicos y de acceso a tratamiento médico.


Los últimos informes de la prisión de Gohardasht, en Karaj, indican que Arjang Davoudi corre el riesgo de perder la vista en ambos ojos. El preso político de 69 años, lleva dos años sufriendo cataratas sin recibir tratamiento médico. Ahora, corre el riesgo de perder la vista en ambos ojos. Los médicos dicen que necesita una operación urgente, pero las autoridades de la prisión de Gohardasht, se han negado a enviarlo al hospital.


Al activista laboral detenido, Valeh Zamani, se le niega atención médica urgente para la hepatitis C, graves adherencias intestinales y enfermedad hepática, mientras está en régimen de aislamiento, y se enfrenta a largos interrogatorios en la prisión de Evin.


Muertes en prisión preventiva


La muerte de al menos cuatro presos bajo custodia, es emblemática de las pésimas condiciones de las cárceles, que están muy por debajo de las Reglas Mínimas de la ONU, para el Tratamiento de los Reclusos.


Un recluso enfermo murió el 13 de julio, después de que los funcionarios de la Gran Penitenciaría de Teherán, no lo trasladaran al hospital a tiempo. Dos semanas antes de su muerte, Saeed Kavousipour, acudió a la enfermería de la prisión exigiendo atención médica, pero los médicos de la prisión minimizaron su problema de salud como una "invención".


También se ha informado que otros dos presos murieron el 22 de julio, en la prisión de Ghezelhesar, debido a que se les negó tratamiento médico oportuno y urgente.


Azam Pakdel, murió de cáncer de estómago en el pabellón de mujeres, en la prisión de Vakilabad, en Mashhad, el 24 de julio de 2022, debido a la falta de atención médica.


Azam Pakdel, de 40 años, fue trasladada al hospital de la prisión el sábado 23 de julio por la noche, en estado crítico. Sin embargo, fue examinada en el hospital como paciente externa y regresó a la sala. Una fuente informada de la prisión de Vakilabad, dijo que Azam Pakdel había sido enviada al hospital dos veces debido a fuertes dolores. Los médicos especialistas le habían diagnosticado masas cancerosas en el estómago. A pesar de que el médico insistió en la quimioterapia, las autoridades penitenciarias no tomaron ninguna medida en relación con el tratamiento del preso. A Azam Pakdel se le negó incluso el acceso a los medicamentos que necesitaba.


Somayyeh Hashemi, encarcelada en el pabellón 3 de la prisión de Qarchak, murió por una sobredosis de drogas la semana pasada.


El pabellón 3 de la tristemente célebre prisión de Qarchak, es donde están recluidos los reclusos condenados por robos o delitos relacionados con las drogas. Somayyeh Hashemi murió de una sobredosis de drogas en el mismo pabellón.


Algunos funcionarios y personal de la prisión que no son registrados a su llegada, introducen los estupefacientes. Son vendidos a los traficantes de la prisión a un costo elevado y finalmente, la droga se vende a las reclusas.


Derechos de las mujeres


En el último mes, el régimen iraní ha intensificado sus medidas represivas, y ha lanzado una nueva ronda de violencia contra las mujeres.


Además de aumentar las detenciones y citaciones de mujeres activistas, y dictar sentencias de prisión para ellas, el régimen clerical llevó a cabo medidas sociales específicas durante el mes de julio.


A finales de junio, el líder supremo del régimen, Alí Jamenei, instó a los organismos de seguridad del Estado y a la judicatura a aumentar la represión, hasta alcanzar los niveles observados poco después de la revolución de 1979, cuando se ejecutó a miles de personas acusadas de oponerse al nuevo régimen.


"En el año 1981, la nación iraní fue capaz de frustrar al enemigo aferrándose a una de las tradiciones divinas, a saber, la yihad y la resistencia", dijo Jamenei durante un discurso pronunciado el 28 de junio. "Hoy, la misma regla y la misma ley están en vigor, y Dios en el año 2022, es el mismo Dios que era en 1981".


La década de 1980 se conoce como la "era negra" en Irán, debido a la brutal represión del régimen contra las libertades civiles y políticas.


El 5 de julio, el presidente del régimen, Ebrahim Raisi, ordenó al Consejo Supremo de la Revolución Cultural, a aplicar plenamente la resolución de 2004 sobre la castidad y el hiyab.


En consecuencia, se ha prohibido el acceso a los servicios públicos a las mujeres con "hiyab inadecuado".


Se ha ordenado a los centros comerciales y a los bancos que no permitan la entrada a las mujeres con "velo inapropiado".


En la ciudad nororiental de Mashhad, se ha prohibido el acceso al metro a las mujeres sin "hiyab apropiado", mientras que se han desplegado agentes especiales en los centros médicos de Mashhad, para "evaluar e inspeccionar el hiyab del personal y las estudiantes".


El gobernador de la ciudad sureña de Bushehr ordenó la segregación de hombres y mujeres, que trabajan en las oficinas gubernamentales.


El Banco Mellat, con más de 1.400 sucursales en Irán, ha emitido una directiva que prohíbe a las empleadas llevar tacones altos y medias finas, maquillaje y accesorios "poco convencionales". También prohíbe a sus directivos masculinos tener mujeres, como asistentes administrativas.


Durante su último sermón de la oración del viernes, el alto clérigo iraní, Ahmad Jatamí, dijo que "las que llevan un hiyab inadecuado, son las esposas y los hijos de los ladrones".


Muchos creen que esta es la forma que tiene el régimen de hacer frente a una disidencia sin precedentes, en medio de una crisis económica, en un intento de mantener su ruinoso gobierno.


Persecución de minorías religiosas


Bahá’ís


Las autoridades iraníes intensificaron la persecución de la comunidad bahá'í en julio.


El mes pasado se detuvo a un número importante de bahá'ís iraníes, entre ellos Shole Shahidi y sus dos hijos, Faran y Shayan Sanaei, Haleh Gholami, Nilufar Hosseini, Behieh Manavipour, Alhan Hashemi, Hanan Hashemi, Nematollah Shadpour, Nima Shadpour y Shafigh Eslami.


El 1 de agosto, el Ministerio de Inteligencia iraní declaró que había detenido a varios seguidores de la prohibida fe bahá’í, por sus vínculos con un centro de Israel, y por hacer proselitismo en escuelas y jardines de infancia.


El comunicado del ministerio, difundido por los medios de comunicación estatales, no indicaba el número de personas detenidas, ni la fecha de las detenciones.


La Comunidad Internacional Bahá'í, que representa a la fe en todo el mundo, tuiteó el 31 de julio que "un número significativo de bahá'ís", incluidos tres de sus antiguos líderes, habían sido detenidos en Irán.


Asesinatos arbitrarios


En junio, Iran Human Rights Monitor registró al menos 18 asesinatos arbitrarios.


La mayoría de los ciudadanos asesinados a tiros por las fuerzas del Estado eran cargadores de carbón y de combustible, quienes habían recurrido a estos trabajos para ganarse la vida.


111


En un caso más reciente, las fuerzas de seguridad del Estado abrieron fuego contra un coche en un puesto de control en Khorramabad, al oeste de Irán, matando a dos menores identificados como Mehdi, de 11 años, y Matin, de 9, quienes eran hermanos. Según los informes, sus padres se encuentran en estado crítico. El régimen mata impunemente a las minorías étnicas.

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