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 La 77ª Asamblea General de las Naciones Unidas se reunirá el 19 de septiembre, ya que la pandemia de coronavirus ha sido finalmente contenida en muchos países del mundo.

El primer factor fue el progreso y los logros de la Resistencia iraní en el caso de Hamid Noury, quien fue condenado durante ese tiempo en Suecia, debido a su participación en la masacre de 1988. Raisi era uno de los miembros de las llamadas comisiones de la muerte de la época, encargadas de enviar a la horca a miles de presos políticos. Por temor a las consecuencias judiciales de su implicación, el régimen decidió no enviar a su presidente a la ONU.

Las extensas actividades de los partidarios de la Resistencia iraní hicieron que algunos senadores estadounidenses, pidieran al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que no concediera un visado a Raisi. Utilizando la pandemia de coronavirus como excusa, Raisi no viajó a Nueva York. Más tarde participó en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai en Tayikistán, y el coronavirus no le impidió ir.

Se espera que viaje a Nueva York este año, a pesar de estar sancionado por Estados Unidos y la UE por sus violaciones a los derechos humanos. Desde que asumió el cargo, Raisi aún no ha viajado a ningún país occidental, lo cual es comprensible, dado que es uno de los principales responsables de violaciones contra derechos humanos, genocidio y crímenes contra la humanidad.

Una vez más, la Resistencia iraní ha decidido emprender acciones para impedir su participación en la AGNU77. Una de las acciones más importantes es la presentación de una demanda en el Tribunal Federal de Estados Unidos contra Raisi, por parte de un grupo de presos políticos, quienes fueron testigos de la masacre de 1988, junto con las familias de las víctimas. Esta denuncia se presentó en virtud del ATS (Alien Tort Statute) y de la TVPA (Torture Victim Protection Act).

Para esclarecer las denuncias de los presos políticos y de las familias sobre la masacre, el 25 de agosto se celebró una conferencia a cargo de la Oficina de Representación en Estados Unidos, del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán. En esa conferencia, el juez Michael Mukasey, ex fiscal general de EE.UU. dijo: "Raisi no ha negado su participación (en la masacre de 1988), y en 2018 palabras de este fueron citadas, apuntando que los asesinatos que se cometieron bajo la directiva de las Comisiones de la Muerte, eran ‘uno de los orgullosos logros del sistema’. La inmunidad diplomática no significa impunidad diplomática. Incluso la inmunidad diplomática tiene sus límites".

El profesor Steven Schneebaum, un destacado jurista estadounidense y abogado de la Organización Mojahedin del Pueblo de Irán (PMOI/MEK), también señaló: "Está fuera de toda duda que, como fiscal adjunto del Estado en la provincia de Teherán, Ebrahim Raisi fue miembro de esa comisión de la muerte. Raisi no es un diplomático... y no tiene derecho a los privilegios que otorga la Convención de Viena. Tampoco es un jefe de Estado".

La siguiente acción para impedir que Raisi entre en suelo estadounidense, es la carta de 52 miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Un grupo bipartidista de miembros de la Cámara, encabezado por el representante Young Kim de California, pidió a Biden que no concediera un visado de entrada a Raisi y a su delegación, para asistir a la próxima 77ª Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, debido a su historial de apoyo al terrorismo y a las violaciones de derechos humanos.

La carta decía: "Le escribimos para pedirle encarecidamente que deniegue los visados de entrada a Estados Unidos al presidente iraní Ebrahim Raisi y a su delegación, para que asistan a la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el próximo mes de septiembre. Estados Unidos no puede pasar por alto la implicación directa de Ebrahim Raisi en graves violaciones de derechos humanos internacionalmente reconocidos, incluido el asesinato masivo organizado en 1988, de miles de presos políticos, entre los que había mujeres y niños, por parte del régimen iraní".

Otras acciones incluyen una carta firmada por más de 500 científicos, académicos y profesionales iraníes-estadounidenses que piden al presidente Biden procesar a Ebrahim Raisi, y le niegue el visado de entrada. Escribieron: "Nosotros, los científicos, académicos y profesionales iraníes-estadounidenses, nos hacemos eco del clamor de nuestras familias y de nuestros colegas en Irán, para pedir que su administración tome medidas enérgicas e inmediatas, que reflejen que Raisi no representa al pueblo de Irán, y que, por tanto, se le debe denegar el visado de entrada a Estados Unidos."