Resumen del primer año de Ebrahim Raisi como Presidente de Irán

By Amigos españoles de Irán libre - junio 25, 2022

 


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Hace un año, el 18 de junio, Ebrahim Raisi fue investido presidente de Irán. No hay elecciones libres en Irán, donde los clérigos ejercen la autoridad suprema y los candidatos pueden ser descalificados por diversos motivos. Sin embargo, incluso según estos criterios, las elecciones presidenciales iraníes del 18 de junio de 2021 resultaron ser una farsa. Raisi, que desde hace tiempo se muestra abiertamente antioccidental y está sometido a sanciones de Estados Unidos por abusos contra los derechos humanos, recibió la aprobación final para la presidencia del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. Fue elegido en una votación que muchos iraníes y grupos de defensa occidentales consideran amañada.  



Promesas vacías y mentiras


El presidente iraní Ebrahim Raisi, que jurará su cargo el 5 de agosto de 2021, ha hecho muchas promesas en materia económica, más de 50 en total. Aunque su programa electoral no especificaba cómo pensaba cumplir sus promesas, simbolizaba más de 50 cuestiones y retos a los que tendría que enfrentarse el nuevo gobierno.

La mayoría de las promesas de la campaña electoral de Raisi giraban en torno a las crisis económicas, como el desempleo, la inflación, los problemas de vivienda, la suspensión de la producción, las exportaciones de petróleo y las sanciones de Estados Unidos. Sus promesas incluían: Crear un millón de puestos de trabajo al año, reducir la inflación a un solo dígito (desde el pico actual de casi el 50%), aumentar la tasa de crecimiento económico, resolver los problemas de las fábricas no operativas, impulsar las exportaciones no petroleras, concentrar las exportaciones en los países vecinos, resolver el problema de los altos alquileres y la escasez de viviendas asequibles, reducir la tasa de pobreza y eliminar la corrupción. El levantamiento de las sanciones fue una parte clave de su política exterior.

Estas promesas populistas se basan, por supuesto, más en el atractivo popular que en fundamentos y principios sistemáticos, incluidos los planes reales para su aplicación. Esto no es una sorpresa en Irán, donde eslóganes similares son una práctica habitual del líder supremo Alí Jamenei, que anuncia este tipo de iniciativas económicas vacías cada año nuevo persa. Estos llevan títulos grandiosos como "el año del salto productivo", "el año de la economía de la resistencia" y eslóganes similares, ninguno de los cuales tiene ningún impacto sobre el terreno.

Sin embargo, un año después de asumir el cargo, ninguna de estas promesas se ha cumplido. Las protestas que están teniendo lugar en todo el país son una acusación condenatoria. El diario estatal Shargh escribía: "Los informes del Ministerio de Trabajo muestran que alrededor del 60% de los iraníes no tienen ingresos suficientes ni empleos adecuados. Alrededor de 14,2 millones de iraníes tienen trabajos con bajos ingresos y no tienen seguro..." Y añadió: "Aproximadamente una quinta parte de los iraníes son taxistas (3,4 millones de conductores de Snapp!, 1,4 millones de conductores de Tapsi y unos 300.000 taxistas públicos y privados). Alrededor del 35-40% de los iraníes son inquilinos y unos 20 millones son habitantes de barrios marginales, lo que significa que alrededor del 25% o una cuarta parte de la población son habitantes de barrios marginales y sin hogar".

Aunque el régimen afirmaba y anunciaba que, con la ayuda de los subsidios, la vida del pueblo iraní mejoraría, la realidad demuestra que sigue saqueando al pueblo de sus tan necesarios ingresos. Aunque se ha repetido muchas veces, hay que señalar que la renta media del pueblo iraní no sólo es muy inferior al salario mínimo de países como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Turquía, sino que también es inferior al salario mínimo de países pequeños como Azerbaiyán y Omán.



Raisi criticado por las élites del régimen


Los periódicos iraníes marcaron el final del primer año desde que el presidente Ebrahim Raisi fue elegido el 18 de junio con duras críticas a su equipo económico. La mayoría de los columnistas y comentaristas acogieron con satisfacción la reciente dimisión del ministro de Trabajo de Raisi, Hojjat Abdolmaleki, pero dijeron que muchos otros ministros deberían abandonar su gabinete. No obstante, algunos comentaristas, entre ellos el legislador reformista Naser Ghavami, afirmaron que la sustitución de los actuales ministros por otros nuevos no puede resolver los problemas económicos de Irán. Añadió que ni siquiera los mejores economistas pueden hacer frente a la actual crisis económica porque la razón subyacente de los problemas es el propio sistema político. El ex legislador Mohammad Reza Khabbaz preguntó: "¿No se avergüenzan estos ministros, incluso ante su propia conciencia, de haber aceptado dirigir ministerios clave? ¿En qué se basó Raisi para nombrarlos ministros? ¿Y qué piensan los que sugirieron estas personas sobre la situación actual?"

El descontento del pueblo iraní con el gobierno de Raisi y con todo el régimen es cada vez mayor. Los iraníes, incluidos los profesores y educadores, los trabajadores, los jubilados, los médicos y las enfermeras, los estudiantes, los comerciantes, los conductores de autobuses y de taxis, e incluso los guardias de las prisiones del régimen y los empleados de su sistema judicial, han protagonizado protestas y manifestaciones para mostrar su profunda aversión al régimen de los mulás.

El régimen de Teherán está al borde del colapso y los eslóganes de "muerte a Jamenei (líder supremo de Irán)", "muerte a Raisi" y "mulás, piérdanse", que se escuchan casi todos los días en Teherán y en todo Irán son una prueba innegable de la desaparición del régimen. Que ese día llegue pronto.

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