El enigma de las exportaciones de petróleo del régimen iraní
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La guerra en Ucrania ha provocado una gran conmoción en el mundo en términos de consumo de energía. La crisis de los combustibles fósiles se ha convertido en un enigma. Aunque la actual subida de precios sugiere que los países ricos en petróleo, como Irán, podrían beneficiarse enormemente de esta crisis, parece que Teherán se esfuerza por aprovechar esta oportunidad.
Cuando se produjo la guerra de ocupación, el presidente del régimen iraní, Ebrahim Raisi, se apresuró a apoyar a su homólogo ruso, con la esperanza de obtener su respaldo en las conversaciones en curso con las potencias occidentales para reactivar el acuerdo nuclear iraní de 2015, conocido oficialmente como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA).
Pero los siguientes pasos de Moscú y su competencia con Teherán por las ventas de petróleo demostraron que Raisi había apostado por el caballo equivocado… Pero ¿cómo?
Las sanciones de Estados Unidos contra el régimen iraní, principalmente el embargo a su petróleo, han dañado gravemente la economía de Teherán, centrada en dicho producto. Sin embargo, el 31 de marzo, Raisi afirmó que las exportaciones de petróleo del régimen habían alcanzado el nivel previo a las sanciones.
Sus señalamientos contrastan fuertemente con las declaraciones de su ministro de Petróleo, Javad Owji, el 19 de marzo, quien reconoció: "En el Parlamento, los legisladores decidieron elevar el techo de las exportaciones de petróleo y condensados, de 1,2 millones de BPD, a 1,4 millones de barriles. El Ministerio del Petróleo hará todo lo que esté a su alcance para llegar al nivel fijado en el presupuesto".
Sin embargo, el 1 de abril, Owji dio marcha atrás, afirmando que la producción de petróleo de Teherán había alcanzado los 3,8 millones de barriles diarios, y que el régimen había aumentado sus ventas de petróleo.
Entonces se reveló que Irán vendía su petróleo a China a un precio muy inferior al establecido por el mercado. Teherán estaba cosechando miles de millones de dólares en ingresos petroleros, en ausencia de una política firme por parte de las potencias occidentales.
"Una red de refinadores petroquímicos chinos está detrás de un aumento de las importaciones ilícitas de crudo iraní, proporcionando al régimen de línea dura de Teherán al menos 22.000 millones de dólares en ingresos, desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo", escribió el Washington Free Beacon el 31 de mayo.
Un reciente y detallado informe de la organización United Against a Nuclear Iran (UNAI), señalaba que China ha importado cerca de un millón de PDB desde que la nueva administración estadounidense asumió el poder. Pekín ha recurrido a una serie de refinadores conocidos como teteras, que son semi-independientes y no están controlados por el Estado, evitando así un enfrentamiento con Occidente.
La situación ha llegado al punto de que los senadores estadounidenses han presentado una legislación, denunciando los vínculos de Irán con China, e implorando al gobierno de Estados Unidos que condicione el fin de las relaciones con Pekín, ante cualquier acuerdo de éste con Teherán.
Aunque es necesario frenar las actividades ilícitas de Irán, y bloquear cualquier fuente de ingresos para el fascismo religioso gobernante, la marea parece estar volviéndose en contra del régimen.
Según el informe de CNN del 27 de mayo, "los expertos dicen que ha habido un colapso en las exportaciones de crudo iraní a China, desde que Rusia lanzó su invasión a Ucrania en febrero, junto con un aumento de las exportaciones rusas a China".
"Desde que comenzó la guerra en Ucrania, China ha comprado combustibles fósiles de origen ruso, por valor de más de 7.000 millones de euros (7.500 millones de dólares), según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio. La mayoría de estas compras fueron de petróleo crudo", añade el informe.
Además, muchos expertos estiman que las ventas de Teherán a Pekín se han reducido en más de una cuarta parte.
Los informes de Irán indican que ha aumentado la demanda de petróleo ruso barato en los mercados asiáticos, lo que significa que el petróleo iraní, incluso con más descuentos, ya no tiene comprador. Esto ha obligado a la compañía petrolera a cerrar el complejo petrolero Abuzar.
El complejo petrolífero de Abuzar está situado a 76 km al oeste de la isla de Khark, y es el mayor complejo petrolífero marino de Irán, con una producción de entre 170.000 y 180.000 BPD.
Otros dos incidentes han puesto en peligro la última línea de vida de Teherán. Los líderes europeos han acordado reducir sus importaciones de petróleo de Rusia en un 90% para finales de 2022. ¿Cómo afectará esto a las exportaciones de petróleo de Irán? Rusia dominará el mercado negro del petróleo, vendiendo su crudo mucho más barato a países como China e India.
"¡Este embargo afectará principalmente a las exportaciones secretas de petróleo de Irán! ¿Por qué? Porque Rusia, valiéndose de sus relaciones especiales con los clientes del petróleo iraní, especialmente China, los convertirá en cierta medida en una alternativa a los países europeos para sus exportaciones de petróleo", escribió el 1 de junio el diario estatal Eghtesad online.
"Así, Irán pierde el mercado y es sustituido por Rusia. A partir de ahora, debemos contar con la UE. Pero esto sólo podría realizarse si volvemos al acuerdo nuclear", añadió el sitio web.
"China ha aumentado discretamente las compras de petróleo a Rusia a precios más bajos, llenando el vacío dejado por los compradores occidentales que han cortado los lazos comerciales con Moscú, como respuesta a la guerra en Ucrania", escribió el 21 de mayo la agencia estatal de noticias ISNA.
Pero la cadena de acontecimientos, así como el enfoque maximalista y agresivo del régimen, no han dejado espacio para revivir el muy deficiente acuerdo de 2015.
Con el JCPOA en suspenso, el régimen no tiene otra opción que subastar aún más los recursos naturales de Irán. Teherán necesita hasta el último céntimo para financiar su maquinaria belicista y mantener vivo su aparato opresor, sobre todo mientras las protestas se extienden por todo Irán y la gente pide un cambio de régimen.
Dar a Teherán una ganancia inesperada de dinero en efectivo, o comprar su petróleo no ayudaría a los iraníes, sumidos en la más absoluta pobreza, debido a la corrupción y las políticas erróneas de los mulás. Los 1.500 millones de dólares que recibió Teherán en 2015 no ayudaron a los iraníes, quienes tomaron las calles en 2018 por sus problemas económicos. Mientras Teherán pierde a sus aliados, las potencias occidentales deberían redoblar sus presiones, así como cortar cualquier línea de vida al régimen terrorista de Irán.
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