La sociedad iraní está sumida en la confusión y puede describirse como un polvorín. Las protestas, las manifestaciones y las concentraciones se han convertido en algo cotidiano, y la gente sale a la calle en ciudades de todo el país con regularidad. Los funcionarios del régimen buscan un nuevo método de desescalada, mientras siguen saqueando al pueblo iraní.

Aunado a las preocupaciones del régimen, los comerciantes de varias ciudades empezaron a concentrarse y reunirse el lunes, en protesta por la reciente caída en picado del valor de la moneda iraní, el rial, frente al dólar estadounidense.

La amenaza de una escalada de las protestas se ha vuelto tan preocupante para los funcionarios del régimen, que un nuevo proyecto de ley ha sido presentado en el Majlis (parlamento) de los mulás, aprobando el uso de armas por parte de las opresivas fuerzas de seguridad del régimen, contra los manifestantes a su propia discreción. Con ello, se pretende instalar un clima de miedo e intimidación absolutos en la sociedad iraní, y levantar el ánimo de las fuerzas del régimen, mientras las protestas contra éste se intensifican en todo el país. Sin embargo, los expertos vinculados al gobierno, recientemente han reconocido que "los manifestantes ya no temen a nada", como una innegable realidad.

En tales circunstancias, cabría esperar que los funcionarios del régimen, al menos rebajaran un poco las tensiones sociales, provocadas por el aumento de la inflación y la subida vertiginosa de los precios de los productos básicos. Sin embargo, en realidad, estamos asistiendo a "decisiones apresuradas del gobierno", para aumentar la "crisis de la subida de precios", según declaraciones de Jalal Mahmoudzadeh, miembro del Majlis, el día 11 de junio.

Pero, ¿por qué?

La raíz misma del statu quo en Irán es la naturaleza saqueadora del régimen de los mulás que gobierna el país. En las cleptocracias, si el robo disminuye, aunque sea temporalmente, ese sistema de gobierno se desmorona, porque sus entidades obtienen su dinamismo de un ciclo continuo de saqueo. Esta es exactamente la razón por la que el líder supremo del régimen iraní, Alí Jamenei, se ve literalmente obligado a intensificar la crisis de los altos precios, para evitar la deserción entre sus filas, en unos momentos tan preocupantes en los que la sociedad iraní está a punto de estallar en cualquier momento.

En el último plan presupuestario fiscal no se mencionaba esta cuestión. Sin embargo, empezaron a correr rumores sobre tipos de cambio subvencionados para el pan y los medicamentos, y sobre si esta política ha sido cancelada o no. En la práctica, sin embargo, el precio de la harina se disparó un 1.300%; el precio de los distintos tipos de pan se ha incrementado considerablemente, y se ahora se habla de su racionamiento.

Al mismo tiempo, se ve a los funcionarios del régimen negando todo esto, y argumentando que el precio de un tipo particular de pan no ha aumentado. Durante el último año, no se ha visto a ningún funcionario del gobierno pidiendo específicamente que se ponga fin a la política de tipos de cambio subvencionados. ¿Por qué? Para mantener al público en general en un estado de ambigüedad, y mantener las protestas populares lo más lejos posible.

Una vez más, esto sirve para mantener a la intranquila nación iraní en un continuo estado de incertidumbre. Los funcionarios están tratando de preparar la psique social para los aumentos colosales en el precio de diversos bienes, y al mismo tiempo, disminuir el impacto de las probables protestas.

Este método, sin embargo, ya se puso a prueba una vez en noviembre de 2019, cuando el precio de la gasolina se triplicó de la noche a la mañana. Los funcionarios del régimen estuvieron negando constantemente el asunto, hasta que finalmente lo anunciaron, dando lugar a protestas masivas en todo el país, que evolucionaron hasta convertirse en un levantamiento sin precedentes, el cual sacudió al régimen como nunca antes.

En estos momentos, con numerosas concentraciones, protestas y manifestaciones, la sociedad iraní está dando muestras de que ya no aceptará estos pretextos empleados por Jamenei y su régimen. En consecuencia, la "táctica de la ambigüedad" de los mulás no disminuirá la amenaza de una escalada de protestas, lo que de hecho allanará el camino para la próxima ronda de protestas y levantamientos a nivel nacional. Esto hace que la situación actual sea extremadamente peligrosa para Jamenei y su régimen, ya que están perdiendo el control de la tumultuosa población iraní en todo el país.