La resistencia en Ucrania ha puesto en jaque al régimen iraní

By Amigos españoles de Irán libre - mayo 03, 2022

 

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Las imágenes de ciudades en ruinas, fosas comunes, cuerpos quemados, e imágenes de una feliz madre y su bebé de tres meses asesinados la semana pasada en Ucrania, conmueven el corazón de todo ser humano. Personas de todo el mundo, independientemente de su orientación política, condenan la guerra de ocupación en Ucrania y las atrocidades cometidas por Rusia. Pero como el mal siempre encuentra el mal, parece que los mulás asesinos de Teherán se alegran de la catástrofe humanitaria de Ucrania.


Al fin y al cabo… ¿Qué se puede esperar de un régimen asesino que mató a tiros, a 1.500 manifestantes pacíficos en pocos días durante noviembre de 2019, y que ahorcó a más de 30.000 presos políticos en unos pocos meses de 1988? Resulta parco creer que el nihilismo moral y la naturaleza violenta de los mulás, los ha llevado a ponerse del lado de Rusia. El régimen iraní se enfrenta a una sociedad inestable, y una prueba de ello son las manifestaciones diarias de personas en todos los sectores sociales. La crisis económica del país ha puesto en entredicho la retórica antioccidental de Teherán sobre la "resistencia económica".


Como el régimen no podía abandonar su política belicista y llegar a un acuerdo con las potencias occidentales, lo que reforzaba su aislamiento internacional y, con mucho, el colapso económico del país, lanzó la política denominada como "mirar al Este". El líder supremo del régimen, Alí Jamenei, estaba detrás de esta estrategia. Sabía, tanto a nivel nacional como internacional, que no podía seguir con el juego de la moderación y mantener una fachada de reformismo. Tras sacar de las urnas en junio a Ebrahim Raisi, buscado por crímenes contra la humanidad, Jamenei y su régimen empezaron a aplicar rigurosamente la política antes mencionada. Esta política puede resumirse brevemente así: subastar los recursos de Irán a China y Rusia a cambio de su apoyo en las conversaciones con las potencias mundiales, para restablecer el acuerdo nuclear iraní de 2015, también conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés).


Con los vientos de apaciguamiento soplando en dirección a los autócratas, y con Occidente sin exigir responsabilidades a los criminales, Rusia e Irán pensaron que podrían explotar la situación. Con el suministro de combustible de Europa en sus manos, Moscú invirtió en el aumento sin precedentes de la inflación y las dificultades económicas post-pandémicas que afligen a los países occidentales. Además, Putin sabía que tenía a los mulás en el bolsillo, ya que le necesitaban para las negociaciones nucleares y no pondría en peligro su estrategia cooperando con Occidente. Así comenzó la guerra.


Por otro lado, Teherán pensó que podía aprovecharse de la situación actual, ya que como los europeos estaban imponiendo sanciones al petróleo y al gas rusos, mientras Estados Unidos no mostraba ninguna intención de entrar en conflicto con Rusia, concluirían las negociaciones del JCPOA y accederían a las desmesuradas exigencias de Teherán. Mientras Raisi se apresuraba a apoyar a Rusia, Jamenei afirmó que su régimen "no necesita negociaciones".


Entonces llegó la heroica resistencia de Ucrania. Hombres y mujeres decidieron defender su país y mantener viva la llama de la libertad en el frío invierno del apaciguamiento y la inacción. Su sacrificio cambió la marea, reavivó el espíritu de resistencia a toda costa y unió a Occidente contra Rusia. La rápida defensa de Teherán a favor de la guerra de ocupación resultó contraproducente, aumentando el aislamiento internacional y las luchas internas del régimen.


Por otra parte, debido a la presión creciente al interior de EE.UU., la administración Biden abandonó su propuesta inicial de retirar al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, la designación de terrorista, o de ofrecer a Teherán más incentivos. Las negociaciones han llegado a un nuevo punto muerto, el tono de las potencias occidentales ha cambiado, y recientemente se ha hablado de una acción conjunta contra Irán por parte de Washington e Israel.


Jamenei se dio cuenta de que había apostado por el caballo equivocado. El ministro de Asuntos Exteriores de Raisi, Hossain Amir Abdollahian, se apresuró a declarar que estaban dispuestos a reanudar las negociaciones. La semana pasada, en una reunión con sus paramilitares Basij, Jamenei reconoció que Rusia había fracasado, diciendo que el equilibrio del "mundo bipolar está perturbado" y que, por lo tanto, el régimen debe "velar por sus intereses".


Ahora Teherán vuelve a la mesa de negociaciones de rodillas. Así que la pregunta es: ¿Seguirán las potencias occidentales el ejemplo de Ucrania y mostrarán valor para pedir cuentas al régimen genocida y terrorista de Irán? ¿O continuarán con la fallida política de apaciguamiento?



Alejo Vidal-Quadras, catedrático español de física atómica y nuclear, fue vicepresidente del Parlamento Europeo de 1999 a 2014. Actualmente es presidente del Comité Internacional en Busca de Justicia (CIJ), con sede en Bruselas.


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