Al representante de la ONU: Para mejorar la vida de los iraníes, pida a los dirigentes iraníes que vacíen sus bolsillos.

By Amigos españoles de Irán libre - mayo 08, 2022

 



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El 8 de mayo, la relatora especial de la ONU, la profesora Alena Douhan, tiene previsto visitar Irán para evaluar el "impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos".


Si bien ningún extranjero -ya sea un ciudadano privado, un investigador o un funcionario del gobierno- ha podido realizar una visita sin la más estricta supervisión y orquestación del Estado, la gira de un relator de la ONU, especialmente con la etiqueta de derechos humanos, es irónica en extremo.

La historia de todos los relatores especiales de la ONU que quisieron supervisar la situación de los derechos humanos en la revolución posterior a 1979 en Irán es muy elocuente:

Andrés Aguilar (1984-1986) dimitió porque Teherán seguía saboteando su trabajo.

Reynaldo Galindo Pohl (1986-1995), que había "aprendido la lección" y no respetaba las normas de los mulás, consiguió visitar Irán tres veces entre 1990 y 1992. Aunque la masacre de 1988 tuvo lugar bajo su vigilancia, prefirió la conexión al deber, pero aun así, tras su tercera visita se le prohibió visitar Irán y algunas de las personas que habían hablado con él fueron asesinadas por el Estado.

Tras la dimisión de Galindo Pohl, la CDHNU nombró a Maurice Copithorne, abogado canadiense, como Relator Especial. El 22 de abril de 2002, en medio de las continuas promesas de reforma de Mohammad Khatami y de la política de apaciguamiento de Occidente hacia Irán, la CDHNU decidió que Irán no necesitaba escuchar los informes del Sr. Copithorne sobre los derechos humanos en Irán y votó para poner fin a su mandato. El Sr. Ahmed Shaheed (2011-2016), la difunta Sra. Asma Jahangir (2016-2018) y el Sr. Javaid Rehman (2018-) nunca tuvieron la oportunidad de poner un pie en Irán, y mucho menos de medir el impacto de nada en los derechos humanos en el país.

Como demuestra la historia, Teherán no tiene ningún interés en la transparencia y el viaje de once días a Irán no promete ningún informe revelador para el mundo, excepto que la Sra. Douhan se unirá a sus colegas que han sido hechos persona non grata por Teherán.

Si Teherán tuviera algún interés en reducir la miseria de la población, podría hacerlo perfectamente abriendo las cuentas bancarias de los funcionarios e invirtiendo las multimillonarias fortunas de sus enormes cárteles en la economía nacional.

Si la Sra. Douhan tiene la intención de lograr un cambio real, debería insistir en visitar la Fundación Mostazafan, Setad Ejraiye Farmane Emam, Astan Quds Razavi, la Fundación de Mártires y Veteranos y su organización económica afiliada Kowsar, la Fundación Barakat, la Fundación Alavi, la Fundación Quince Khordad, la Fundación de la Vivienda de la Revolución Islámica, la Fundación de Apoyo al Imam Khomeini, la sede de Khatam-ol-Anbiya, etc.

Mientras los funcionarios iraníes disfrutan de sus lujosas vidas en villas y palacios y envían a sus hijos a los países occidentales, algunos iraníes venden partes del cuerpo y bebés para sobrevivir a la pobreza.

Según Forbes, "en 2020, el número de personas de alto poder adquisitivo (HNWI) en Irán creció un 21,6%, mucho más que la media mundial del 6,3%. La riqueza colectiva de estos millonarios en dólares creció aún más rápido, un 24,3%".

El 23 de abril, la secretaría del NCRI emitió una declaración en la que "condena enérgicamente la manipulación de los organismos de la ONU por parte del régimen clerical", al tiempo que pide que se investiguen las masacres y los crímenes del régimen durante los últimos años.

En enero de 2018, cuando Irán se benefició del alivio de las sanciones en virtud del acuerdo nuclear de 2015, millones de iraníes salieron a la calle y protestaron contra la subida de los precios. Rechazando todas las facciones gobernantes, los iraníes pidieron un cambio de régimen.

Desde 2018, han estallado importantes levantamientos que han hecho temblar los cimientos del régimen. El pueblo iraní sigue coreando: "Nuestro enemigo está aquí, decir que es Estados Unidos es una mentira".

Mientras la inflación sin precedentes y el aumento de los precios de las materias primas empujan al país hacia nuevas "revueltas y rebeliones", contra las que los funcionarios del Estado advierten ahora abiertamente, Teherán intentará aprovechar la visita de la Sra. Douhan para culpar a las sanciones internacionales de esta miseria. Que el régimen sobreviva a la nueva ola de revueltas es una cuestión seria, pero el destino de un informe dudoso no lo es.

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