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 Los observadores de Irán creen que se están produciendo protestas y levantamientos en todo el país tras la decisión del régimen iraní de subir el precio de la harina, y retirar el pan subvencionado de los estantes. El presidente del régimen, Ebrahim Raisi, igualmente ha incumplido sus promesas de "eliminar la pobreza absoluta", "construir un millón de viviendas" y "apoyar a los más desfavorecidos", incluso antes de celebrar el primer aniversario de su gobierno.

Fazel Meybodi, un mulá de bajo rango en Qom Howzeh [un seminario islámico], desafió al presidente del régimen respecto de su incapacidad y fracaso, preguntando: "Señor Raisi, ¿no dijo el profeta Mahoma: ‘Maldito el que acepta una tarea sin conocimiento’?"

Meybodi también cuestionó la autoridad del líder supremo del régimen, Alí Jamenei, que purgó extraordinariamente a los rivales de Raisi en las elecciones presidenciales de 2020, para nombrar a su protegido, y advirtió: "El ‘motín’ del pueblo es más peligroso que una revolución".

El 15 de noviembre de 2019, el predecesor de Raisi, Hassan Rouhani, supuestamente "reformista", subió repentinamente el precio del gas en un 200%, lo que provocó que cientos de miles de ciudadanos protestaran en todo el país. Dos días después, Jamenei declaró su apoyo a la subida del precio del gas y obstruyó el proyecto de ley del Parlamento [Majlis] para bajar los precios.

Jamenei calificó a los manifestantes de "alborotadores y vándalos", ordenando al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) que "hiciera lo necesario para poner fin [a las protestas]". La IRGC ha reprimido las protestas en todo el país utilizando helicópteros, vehículos blindados, ametralladoras pesadas, francotiradores y munición real, matando a más de 1.500 personas e hiriendo a muchas más. Ahora los "duros" y Raisi, apoyados por el CGRI, atacan el alimento básico de la población.

El precio del pan en Irán

Las autoridades han recurrido a la subida en los precios de la harina y el pan para compensar sus asombrosos déficits presupuestarios, mientras el país sufre una crisis económica debido a la mala gestión del régimen, así como al despilfarro de la riqueza nacional en terrorismo y ambiciones nucleares.

El 26 de abril, la principal cadena de televisión estatal reconoció que el precio de la harina pasaría de 25.000 riales [USD $0,09] por kilogramo, a 120.000-169.000 riales [USD $0,42-0,60]. La agencia oficial de noticias IRNA reveló la situación del régimen ocho días después, escribiendo en su publicación del 4 de mayo: "La crisis es [demasiado peligrosa] porque la única solución que queda es eliminar los subsidios, lo que significa un aumento estratosférico del precio del pan".

Tras el aumento del precio de la harina, el precio del pan también se disparó, mientras que el de las baguettes se multiplicó por 13. Los medios de comunicación estatales se apresuraron a dar la voz de alarma sobre el aumento de los costes, y el sitio web Eslahat News informó el 3 de mayo: "Los precios de los bocadillos han alcanzado los 300.000-500.000 riales [USD $1,07-1,78]. Ya no es posible comprar falafel; sólo su pan cuesta 100.000 riales, USD $0,35]".

Aunado a la subida de precios, el régimen aún no ha ajustado los salarios mínimos para hacer frente a la creciente inflación del país. La agencia de noticias semioficial ILNA, informó el 7 de mayo: "En menos de dos meses, los altos precios han vaciado considerablemente las cestas de la compra de las familias trabajadoras. Los salarios mínimos se han incrementado en un 57% este año; sin embargo, el aumento medio de los precios de los alimentos ha sido superior al 200%, lo que supone una disminución del 150% del ‘salario real de los trabajadores’".

Al mismo tiempo, el Ministerio de Economía ha anunciado que comenzará a racionar el pan. La población tendrá que pagar USD $0,35 por una barra de pan. Dado que el salario mínimo de los trabajadores es de USD $100,00 por mes, esto significa que cada familia de entre tres y cuatro personas tiene que pagar una media de 106 dólares al mes para recibir tres barras de pan al día, lo que es sencillamente inasequible teniendo en cuenta otros gastos.

Según el gobierno iraní, el Sr. Raisi está en proceso de limitar el aumento de precios. El portavoz del gabinete, Ali Bahadori Jahromi, fue citado en un artículo publicado en el sitio web de Jamaran el 6 de mayo diciendo: "El presidente no permitirá que el pan se encarezca en estas circunstancias".

Sin embargo, incluso los leales al régimen teocrático han vuelto a burlarse de Raisi y sus fracasos en las redes sociales, y muchos han declarado que "la economía dirigida de Raisi ya no funciona".

"Pan caro equivale a vidas baratas", señaló el 5 de mayo la Organización Popular Mojahedin de Irán (PMOI/MEK). "El régimen ha extendido sus garras a la cesta de la compra de la gente. Este proceso comenzó con el aumento del precio de la gasolina en noviembre de 2019, y continuó con el aumento del precio de las viviendas, medicamentos y alimentos. Al día de hoy, esto ha alcanzado al único alimento que quedaba en los manteles de la gente".

El 5 de mayo un grupo de estudiantes dirigieron un mensaje a Raisi, advirtiendo que "la multiplicación del precio de la harina puede conducir a la agitación social, especialmente cuando los medios de comunicación antirrevolucionarios, han tendido una emboscada para arrastrar al país al caos".