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El 12 de septiembre se cumple el primer aniversario de la ejecución del campeón de lucha iraní Navid Afkari. Sin embargo, el 20 de septiembre, la comunidad internacional permitió que un hombre implicado en su ejecución, Ebrahim Raisi, se dirigiera a la Asamblea General de la ONU.

Navid Afkari fue detenido durante las principales protestas iraníes de 2018 en Kazeroun junto a sus dos hermanos. Navid fue acusado falsamente de matar a un guardia de seguridad sobre la base de una confesión obtenida bajo tortura. Navid había negado haber matado al guardia de seguridad y recurrido a la justicia.

Los mulás querían evitar el levantamiento ejecutando a #NavidAfkari y diciéndole a la gente que si protestas, ¡serás ejecutado como Navid!

Los mulás plantaron la promesa del viento con la ejecución, y ahora deben cosechar la tormenta#ProsecuteRaisiNOW #نوید_افکاری pic.twitter.com/FkDvkWV5dW

— 𝕹𝖊𝖉𝖆 𝕸𝖆𝖗𝖎𝖊𝖍 𝕬𝖗𝖎𝖆 🔆𝕷𝖎𝖇𝖊𝖗𝖙𝖆𝖉 (@Neda100Liberty) September 12, 2021

Sin embargo, Ebrahim Raisi, entonces jefe del poder judicial, rechazó el recurso. Navid fue ejecutado sin el debido proceso y a pesar de las protestas internacionales contra su ejecución.

Un año después de la ejecución de Navid, todo apunta a que sus dos hermanos tendrán una vida dura.

Según su abogado, el Tribunal Supremo del régimen ha rechazado un nuevo juicio solicitado por el preso político Vahid Afkari. El abogado de los hermanos Afkari, Saeid Dehghan, escribió en Twitter que, a pesar de las contradicciones del caso, la rama 38 del Tribunal Supremo rechazó su petición de un nuevo juicio.

"Aunque sólo hubieran rozado el caso, había suficientes motivos legales para aceptar un nuevo juicio, ya que el veredicto contiene 24 contradicciones y tres mentiras", tuiteó Saeid Dehghan.

Maltratar a los presos políticos, matarlos en secreto y violar las normas internacionales es el modus operandi del régimen. Se sabe que Raisi, ahora presidente del régimen, ha aplicado plenamente la doctrina del régimen sobre el tratamiento de los presos de conciencia.

Comenzó su carrera en el régimen como fiscal en la década de 1980 y ha dictado numerosas sentencias de muerte. Su nivel de criminalidad alcanzó el máximo en el verano de 1988, cuando participó en la masacre de presos políticos como miembro de la "comisión de la muerte" en Teherán.

El pésimo historial de Raisi en materia de derechos humanos le ayudó a convertirse en el candidato favorito del Líder Supremo para la presidencia.

Cuando Raisi fue elegido nuevo presidente del régimen el 19 de junio, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, declaró: "El hecho de que Ebrahim Raisi haya ascendido a la presidencia en lugar de ser investigado por los crímenes contra la humanidad de asesinato, desaparición forzada y tortura es un sombrío recordatorio de que la impunidad reina en Irán".

La supremacía de la "impunidad" en Irán está teniendo un efecto devastador en la situación general de los derechos humanos. En una carta publicada en diciembre, siete expertos en derechos humanos de la ONU, entre ellos la Sra. Callamard, señalaron que esta impunidad era el resultado de la inacción de la comunidad mundial ante la masacre de 1988. Subrayaron que la inacción de los organismos internacionales ha tenido un "impacto devastador" en la situación general de los derechos humanos en Irán.

En los últimos años, la matanza de manifestantes iraníes en noviembre de 2019, el posterior maltrato a los manifestantes detenidos y la ejecución de Navid y otros presos políticos son ejemplos del devastador impacto de la inacción de la comunidad mundial y de la crisis de impunidad en Irán.

Si la comunidad mundial hubiera presionado al régimen clerical, criminales como Raisi nunca habrían ascendido a un alto cargo, y muchas familias como la de Afkari no habrían sido destrozadas.

Ante los crecientes llamamientos para que Raisi rinda cuentas por las violaciones de derechos humanos, la comunidad internacional debe poner fin de una vez por todas a la crisis de impunidad en Irán. Esto podría hacerse ejerciendo la jurisdicción universal y procesando a Raisi y a otros funcionarios implicados en violaciones de los derechos humanos. La comunidad internacional debería dar el primer paso lanzando una investigación independiente sobre las violaciones de los derechos humanos en Irán, principalmente la masacre de 1988.

Como subrayó Agnès Callamard: "Es más urgente que nunca que los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU tomen medidas concretas para abordar la crisis de impunidad sistemática en Irán, incluido el establecimiento de un mecanismo imparcial que recoja y analice las pruebas de los delitos más graves de derecho internacional cometidos en Irán, con el fin de facilitar procesos penales justos e independientes".