Las inundaciones en Irán arrasan las provincias, mientras el régimen se queda de brazos cruzados

By Amigos españoles de Irán libre - julio 28, 2022

 



Las inundaciones asolaron el suroeste y el sureste de Irán, cobrándose la vida de casi 40 personas hasta el momento. No se trata de simples números, sino de seres humanos que han perdido la vida en la era de la tecnología, debido a la incapacidad de los funcionarios del régimen para hacer frente a una crisis medioambiental.  


El viernes 22 de julio, las fuertes lluvias y la posterior inundación en la provincia de Fars, en el suroeste de Irán, causaron 11 muertos. El número de víctimas ha superado hasta ahora los 23 en tres ciudades de la provincia de Fars. Cabe señalar que, cientos de personas perdieron la vida en marzo de 2019, en la cúspide del Año Nuevo persa, debido a las fuertes inundaciones en las provincias de Fars, así como en otras partes del país, pero el régimen no ha tomado ninguna medida para prevenir esta crisis desde entonces.


"Esta crisis no habría ocurrido si hubiéramos notificado a la gente. Han pasado unos años desde el incidente de Shiraz, y estamos asistiendo a otra catástrofe similar. Las advertencias oportunas podrían haber evitado este incidente. ¿Por qué los funcionarios locales no tomaron medidas? Podría haber graves consecuencias para nosotros", apuntó la agencia estatal Mehr News al citar a Jafar Ghaderi, diputado del régimen por Shiraz, advirtiendo a los funcionarios sobre las consecuencias de su inacción ante la reciente inundación en Shiraz.


Según la Organización Meteorológica del régimen, las precipitaciones totales del viernes en Estehban, fueron de sólo 0,7 mm, mientras se registraron precipitaciones totales de 17,5 mm en otras dos ciudades cercanas a la cuenca del río Rodbal, provocando la crecida del río.  


En un incidente similar, al menos cinco personas perdieron la vida, esto debido a las inundaciones en la provincia de Sistán y Baluchistán, en el sureste de Irán. Según las autoridades locales, la comunicación está interrumpida con 50 pueblos.


Según la Organización Meteorológica de la provincia de Sistán y Baluchistán, el martes cayeron 26,5 mm de lluvia en Zahedan, lo que supone el 30% del total de las precipitaciones anuales de esta ciudad.


Irán sufre una sequía desde hace al menos una década, y las lluvias son un milagro para cualquier país que se enfrente a una crisis medioambiental de este tipo. Sin embargo, ¿por qué los iraníes deben sufrir tanto la sequía como las devastadoras inundaciones repentinas?


En efecto, las lluvias de verano son sobre todo torrenciales, y una gran cantidad de lluvia en poco tiempo podría provocar escorrentías intermitentes y peligrosas, pero no es una cuestión que no pueda controlarse.


El 26 de julio, el diario estatal Ebtekar reconocía que "los funcionarios no se toman en serio la gestión de las inundaciones, y no están dispuestos a utilizar métodos para reducir víctimas ni daños debido a las mismas".


Ebtekar escribió que "para reducir los efectos de este fenómeno destructivo, tenemos que fortalecer las infraestructuras urbanas y rurales, crear sistemas de previsión y alerta, así como en las comunidades locales". Igualmente señaló a los funcionarios que "si no tomamos estas medidas, ningún funcionario podrá salvar vidas con algunas llamadas telefónicas".

  
A continuación, Ebtekar compara la gestión de inundaciones en Irán y Malasia.


"Una inundación en Malasia se llevó la vida de cuatro personas. Dos años más tarde, instalaron un sistema de alerta de inundaciones, que opera en función de las precipitaciones sobre la cuenca superior, y que ayuda a la gente. Mientras que una devastadora inundación en 1987, en Gulab Dareh y Darband, cerca de Teherán, causó más de 300 víctimas, no hemos instalado sistemas de previsión y alerta".

 
Las devastadoras inundaciones y la sequía son parte de la crisis del agua en Irán. Como otras, la raíz de esta crisis está en la corrupción, la mala gestión y la ineptitud del régimen. Los recursos naturales de Irán, al igual que su economía, están dominados por la Guardia Revolucionaria del régimen (IRGC). La IRGC malgasta los recursos naturales del país para obtener beneficios, dejando a la gente indefensa y enfrentándose a los desastres naturales. ¿Pero cómo?


Aunque la sequía en Irán podría atribuirse al calentamiento global, hay que tener en cuenta que las acciones del régimen aumentan los efectos de esta crisis global, al destruir los acuíferos del país, cavando pozos profundos y cambiando el curso de los ríos al construir presas.


El CGRI ha excavado pozos profundos, destruyendo los acuíferos de Irán y drenando millones de metros cúbicos de agua subterránea, aumentando la salinidad del suelo, acrecentando los hundimientos del suelo y aumentando los efectos de la sequía.

  
Lluvias e inundaciones


La protección del medio ambiente requiere una política detallada, y un gasto adecuado, e Irán tiene las mejores oportunidades y recursos para ello. Sin embargo, el régimen continúa con sus proyectos devastadores, como la deforestación, la construcción de presas sin fundamentos técnicos, evitando la instalación de sistemas de gestión de inundaciones, y la ayuda a la población en tiempos de crisis.


El CGRI obtiene inmensos beneficios de la deforestación, mediante el contrabando y la venta de madera a otros países. Además, la deforestación permite a los funcionarios del régimen construir casas de lujo en zonas muy buenas del país. La deforestación también permite al régimen construir fábricas.


El segundo factor que desempeña un papel esencial en el aumento de los daños causados por las inundaciones, es el que los funcionarios se abstienen de dragar las presas y los ríos. Los sedimentos han llenado las presas y los ríos, pero las autoridades no han abordado este problema en Irán. Por ejemplo, después de las devastadoras inundaciones en la provincia de Golestán, en el norte de Irán, en 2019, que se cobraron la vida de cientos de personas, la agencia estatal Rouydad 24 reconoció en ese momento que, al no haberse dragado la presa, ésta se desbordó rápidamente, liberando la inundación hacia las tierras pobladas.



Conclusión  

Los hilos de todas las crisis conducen al ominoso dominio del régimen iraní. Las crisis medioambientales son evitables, si no gestionables. La teocracia gobernante de Irán se niega a prevenir estas crisis, y retrasa la ayuda a la población.


La Sra. Maryam Rajavi, presidenta electa del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), dijo en su mensaje de condolencias el 23 de julio, dedicado a las víctimas de las inundaciones: "Los mulás criminales han saqueado la riqueza de nuestra nación, dejándola indefensa ante los desastres naturales. La única solución es acabar con el siniestro régimen clerical".

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