Las crecientes amenazas de Teherán exigen una política firme hacia el régimen iraní

By Amigos españoles de Irán libre - julio 25, 2022

 



Articelo fuente

La comunidad internacional se enfrenta a una lista cada vez más larga de crisis relacionadas con el régimen iraní. Mientras tanto, un movimiento organizado de la oposición iraní, está ofreciendo recomendaciones claras sobre cómo resolver esas crisis, con el apoyo de un conjunto de partidarios, política y geográficamente diversos de todo el mundo. Los líderes occidentales y las instituciones multinacionales, pueden optar por escuchar atentamente esas recomendaciones o por ignorarlas, como han hecho generalmente en el pasado. Pero si optan por esto último, la situación con Irán seguirá empeorando sin duda.


Un alto asesor del líder supremo del régimen, Alí Jamenei, declaró el lunes que el régimen ya había desarrollado la capacidad de producir fácilmente uranio, apto para la fabricación de armas, en el sitio nuclear fortificado y recientemente actualizado, en Fordo.


Por supuesto, estas amenazas ya estaban bien establecidas en las semanas y meses anteriores. Sin embargo, esto no parece haber impedido a algunas entidades occidentales el hacer gestos conciliadores hacia el régimen iraní, aparentemente con la esperanza de fomentar una tendencia a la moderación, que no ha surgido durante más de cuatro décadas.


El 30 de junio, se reveló que el gobierno de Bélgica había firmado discretamente un tratado con el embajador iraní ante la Unión Europea, que prometía permitir a los ciudadanos iraníes cumplir penas de prisión en su país de origen, si estos eran condenados por un delito en Bélgica. El tratado fue aprobado por el Parlamento belga el jueves, y es probable que le siga de cerca un intercambio de prisioneros que involucre a un ex diplomático iraní, quien en 2018 fue detenido por liderar un complot para bombardear un mitin en apoyo de la Coalición de resistencia iraní, en París.


En la medianoche del miércoles 29 de julio de 2022, posterior a que el parlamento belga ratificara el vergonzoso proyecto de ley, el cual fomenta el terrorismo y la toma de rehenes, varios demandantes presentaron inmediatamente su denuncia urgente ante el tribunal.


Entre los demandantes se encontraban la Sra. Maryam Rajavi, presidenta electa de la Resistencia Iraní; Seyed Ahmed Ghazali, ex primer ministro de Argelia; Giulio Terzi, ex ministro de Asuntos Exteriores de Italia; Ingrid Betancourt, ex senadora colombiana; Linda Chávez, presidenta del Centro para la Igualdad de Oportunidades; Robert Torricelli, ex senador de Nueva Jersey; Tahar Boumedra, director de la JVMI, y ex jefe de la Oficina de Derechos Humanos, de la Misión de Asistencia de la ONU para Iraq (UNAMI); el Dr. Sanabargh Zahedi, presidente de la Comisión Judicial del NCRI; Mohammad Mohaddessin, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del NCRI; Farzin Hashemi, y Javad Dabiran, de la Comisión de Asuntos Exteriores del NCRI.


Posteriormente, el viernes, el Tribunal de Apelación de Bruselas prohibió al gobierno belga el traslado del diplomático-terrorista del régimen iraní, Assadollah Assadi, a Irán.


Un día antes de esa decisión, el jueves, la Sra. Rajavi habló a los medios de comunicación sobre la medida adoptada por el Parlamento belga, y expresó su convicción de que "fomenta más el terrorismo y la toma de rehenes". La introducción y posterior aprobación del tratado fue una sorpresa para algunos, por su clara conexión con el caso de Assadollah Assadi, a quien, el año pasado, un tribunal belga, condenó a 20 años de prisión, por conspirar para cometer terrorismo y asesinato. Aunque su complot fue desbaratado por las fuerzas del orden, los expertos declararon que los explosivos que había introducido a Europa, eran lo suficientemente potentes como para que un atentado con éxito, fuera uno de los peores de la historia en el continente.


El juicio de Assadi no sólo confirmó su propia culpabilidad, así como la de tres cómplices, sino que también estableció que las órdenes para el ataque a la cumbre del CNI de 2018, una reunión presencial, de aproximadamente 100.000 personas, incluyendo docenas de legisladores occidentales, habían salido de algunos de los más altos funcionarios dentro del régimen clerical. Algunos de esos mismos funcionarios se apresuraron a protestar por la detención de Assadi, sugiriendo que, dado que en ese momento se desempeñaba como tercer consejero en la embajada iraní en Viena, debería haber sido considerado inmune a la persecución en cualquier lugar, por cualquier delito.


Este argumento, junto con la trama terrorista subyacente, es indicativo de la sensación de impunidad que guía tantas acciones de Teherán, alimentando las crisis mencionadas. Las declaraciones de la Sra. Rajavi del jueves, subrayan el papel que la liberación de Assadi podría tener en el refuerzo de esa impunidad. Además, sus diversos partidarios siguen acercándose a los líderes occidentales, con explicaciones sobre cómo esa impunidad, se basa en estrategias de conciliación y apaciguamiento de larga data.


A pesar de ejercer una presión limitada sobre el régimen iraní en cuestiones concretas, como sus ambiciones nucleares, Estados Unidos y Europa se han mostrado reconocidamente cautelosos ante cualquier medida que pudiera considerarse una invitación a la guerra, o una promoción del cambio de régimen. La respuesta del NCRI a esa cautela es que el mundo occidental no necesita invitar a la guerra para llevar a Irán en la dirección del cambio de régimen; sólo tiene que expresar su apoyo al movimiento prodemocrático, el cual ya está luchando por ese resultado dentro de Irán.


Esos movimientos nunca han sido más claros que en los últimos años. Irán ha sufrido al menos nueve levantamientos antigubernamentales desde finales de 2017, mientras que la comunidad de activistas ha centrado gran parte de su atención en los devastadores efectos internos de las mismas políticas, y prácticas que Teherán utiliza para amenazar a sus adversarios extranjeros. El despilfarro del régimen en la proliferación nuclear y la financiación de los grupos terroristas regionales, es claramente una fuente de indignación para el pueblo iraní, y es evidente que comparten un entendimiento con el NCRI, el cual los líderes occidentales han pasado por alto de alguna manera: que este y otros proyectos de interés propio persistirán inevitablemente, mientras los mulás mantengan su dominio del poder.


La comunidad internacional debería haber reconocido hace tiempo, que el cambio de régimen, es el único medio fiable para resolver cualquiera de las numerosas crisis que emanan del régimen iraní en la actualidad. Y en medio de un apoyo internacional cada vez mayor al movimiento organizado de resistencia iraní, la comunidad internacional también debería haberse dado cuenta ya, que el cambio de régimen es eminentemente alcanzable, requiriendo únicamente presión económica y política sobre Teherán, junto con el apoyo a la alternativa que existe en la forma del NCRI.

  • Share:

You Might Also Like

0 comments