Irán: No se puede negociar con terroristas
By Amigos españoles de Irán libre - abril 05, 2022
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La Guardia Revolucionaria del régimen iraní (IRGC) ha dejado claro que no cederá en sus actividades terroristas ni en el desarrollo de misiles balísticos. En un comunicado emitido el 31 de marzo, el CGRI afirmó que "la capacidad misilística y la influencia regional de Irán están vinculadas al nombre de los Guardias Revolucionarios" y constituyen una "línea roja" para el régimen. "Declaramos explícitamente que el poderoso Irán nunca ha definido su camino hacia el poder de disuasión y la seguridad garantizada según los caprichos de los dirigentes de la Casa Blanca y sus malvados aliados, y no cambiará su camino bajo sus malvadas presiones, amenazas o medios de comunicación y propaganda malvada."
Se trata de una respuesta a los recientes informes sobre el sentimiento mundial hacia las negociaciones en curso entre Teherán y las potencias mundiales sobre el programa nuclear del régimen. Los políticos y legisladores de Estados Unidos y de la región de Oriente Medio son cada vez más proclives a la necesidad de un acuerdo que ofrezca un enfoque global a la multitud de amenazas que plantea el régimen iraní, incluidas sus actividades terroristas y su programa de misiles balísticos.
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No cabe duda de que se trata de cuestiones cruciales. El acuerdo nuclear de 2015, conocido formalmente como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), se refería exclusivamente al programa nuclear de Teherán. Como resultado, el régimen ha utilizado el dinero y los beneficios económicos inesperados del acuerdo para seguir financiando a sus representantes terroristas en la región y acelerar su programa de misiles balísticos, al tiempo que continúa con sus actividades nucleares ilícitas en secreto.
Hasta ahora, la solución buscada por los interlocutores de Teherán es, en el mejor de los casos, una solución que se va por las ramas. Según diversos informes, en lugar de situar la amenaza terrorista del régimen -y su principal actor, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica- en el centro de las negociaciones nucleares, los responsables políticos occidentales intentan domar al régimen con incentivos.
Las autoridades estadounidenses están estudiando la posibilidad de retirar al CGRI de su lista de organizaciones terroristas extranjeras, una condición que el régimen puso recientemente para un posible acuerdo sobre su programa nuclear.
Sin embargo, cuando surgieron los informes sobre la posible retirada de la lista del CGRI, los guardias lanzaron un ataque con misiles contra Erbil, Irak, el 13 de marzo, y los oficiales reivindicaron la responsabilidad del ataque.
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Posteriormente, el 23 de marzo, un nuevo informe indicaba que Estados Unidos había ofrecido retirar de la lista a la IRGC si el régimen se comprometía a desescalar en la región y abandonaba sus planes de asesinar a funcionarios estadounidenses. Muchos observadores se burlaron de este quid pro quo, señalando que tal compromiso no valdría ni el papel en el que estaba escrito, y recordando que el régimen iraní tiene un historial de violación de sus obligaciones internacionales e incluso de su propia constitución.
El régimen no sólo rechazó la propuesta, sino que cometió otro acto de agresión. Los Houthis, grupo terrorista yemení apoyado y financiado por el régimen iraní, atacaron instalaciones petroleras en Arabia Saudí el 25 de marzo. En los últimos meses, los Houthis han llevado a cabo varios ataques similares con misiles y drones a instancias de sus amos en Teherán.
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l último anuncio del CGRI indica que el régimen no tiene intención de frenar sus actividades de provocación.
No hay ninguna lección nueva que aprender. Décadas de apaciguamiento fallido han demostrado que el régimen no renunciará al terrorismo. El CGRI se nutre de sembrar la inseguridad en la región y en todo el mundo. Esta es su razón de ser. El terrorismo y el belicismo son pilares esenciales de la política exterior de los mulás, un hecho que los propios funcionarios del régimen han reconocido en repetidas ocasiones.
Los que piensan que pueden responder a las amenazas del régimen con incentivos y concesiones están condenados a repetir los fracasos de sus predecesores.
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