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Durante las últimas cuatro décadas, las mujeres y niñas iraníes han estado en la vanguardia de la resistencia contra la dictadura religiosa y sus leyes misóginas, su constitución y su represión.

En recientes manifestaciones a nivel nacional, incluidas las protestas contra el repentino aumento de precios de los combustibles en noviembre de 2019, el liderazgo de las mujeres ha destacado más que nunca, obligando a los funcionarios a admitir este hecho en repetidas ocasiones.

En los últimos días, la lucha de las mujeres iraníes por las libertades personales y sociales, así como los derechos humanos, ha aterrorizado gravemente a las autoridades. El régimen ha intensificado su represión sistemática, al igual que el uso de medidas misóginas en respuesta a los reiterados intentos de las mujeres de hacer oír su voz.

Historia de la misoginia en Irán

Desde que los mulás tomaron el poder en febrero de 1979, el fundador del régimen, Ruhollah Jomeini, institucionalizó la misoginia y el apartheid de género dentro de la nueva tiranía teocrática.

Jomeini sacó a sus matones, las fuerzas de Hezbolá, a las calles para reprimir a las mujeres que desafiaban el hiyab obligatorio. "O pañuelo o palo en la cabeza", coreaban los leales a Jomeini. Desde entonces, el pueblo iraní los apoda "garroteros", por su afición a utilizar palos contra la disidencia.

En aquel momento, el grupo de oposición, la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI por sus siglas en inglés, o MEK), condenó enérgicamente las medidas misóginas del régimen bajo la bandera del Islam y las creencias religiosas.

La condena del MEK fue un duro golpe para los sueños de Jomeini por establecer un "imperio islámico", ya que dicha organización era la mayor organización musulmana contra la dictadura monárquica derrocada.

En marzo de 1979, un grupo de mujeres organizó una gran marcha en Teherán, protestando contra las políticas misóginas del régimen, incluido el hiyab obligatorio. Jomeini envió fuerzas de Hezbolá para reprimir a las mujeres. Sin embargo, miembros femeninos del MEK, con pañuelos en la cabeza formaron una cadena humana alrededor de los manifestantes, lo que impidió que las fuerzas de Jomeini dispersaran la manifestación. El autor del ataque con un mazo hirió a muchas mujeres del MEK.

Al final, los matones de Jomeini no lograron detener la marcha, mientras el MEK demostró que Jomeini había explotado la religión para mantenerse en el poder, y que sus pretensiones de proteger el Islam eran completamente falsas.

Sin embargo, Jomeini aplicó sus medidas misóginas a pesar de las objeciones de las mujeres, imponiendo unilateralmente el hiyab obligatorio, y finalmente implementándose por medio de represión física.

Sin embargo, las mujeres iraníes han continuado su resistencia durante las últimas cuatro décadas, negándose totalmente al sometimiento que pretenden lograr las prácticas medievales del régimen. Para sofocar la lucha de las mujeres por sus derechos humanos, los mulás han creado alrededor de 28 organismos opresores, lo que no ha hecho más que reforzar la decisión de las mujeres de llevar a cabo actividades contra el régimen.

Por ejemplo, recientemente las autoridades prohibieron a las mujeres asistir y ver un partido de fútbol entre las selecciones nacionales de Irán y Líbano en Mashhad. Las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos a la multitud y rociaron con gas pimienta a las manifestantes para dispersarlas.

El régimen prohibió a las mujeres la entrada al estadio, aunque había vendido entradas a un pequeño número de mujeres y se jactaba de que iba a acabar con sus leyes arcaicas en este contexto. Fieles a su estilo, los mulás rompieron su compromiso en el último momento, provocando la furia del público.

Tras esta flagrante represión, el presidente del régimen iraní, Ebrahim Raisi, tristemente célebre como el "Carnicero de Teherán" por su participación en la masacre de presos políticos de 1988, celebró una reunión con activistas socioculturales en la provincia de Jorasán Razavi.

La Agencia de Noticias Mehr, afiliada al Ministerio de Inteligencia y Seguridad (MOIS por sus siglas en inglés), citó a Raisi en su despacho del 1 de abril: "Hay casi 28 agencias responsables de hacer cumplir el hiyab".

Las declaraciones de Raisi son una aparente admisión de las fallidas medidas misóginas del régimen contra las mujeres, y están provocando una dura condena en el país y en el extranjero. Además, reveló implícitamente que el régimen no puede seguir frustrando las actividades de las mujeres, que la represión ha sido contraproducente, ya que los sucesos en Mashhad desencadenaron una ola de solidaridad nacional a favor de las mujeres en todo Irán.

De hecho, esta solidaridad también se hizo sentir durante las protestas a nivel nacional en enero de 2018, noviembre de 2019 y marzo de 2020. En su momento, los mandos de seguridad e inteligencia destacaron repetidamente el papel de las mujeres en el fomento y la liderazgo de las revueltas en varias ciudades.

Además, las mujeres siguen organizando y dirigiendo numerosas manifestaciones civiles y otras actividades contra el régimen en todo el país, y cada acontecimiento aterroriza seriamente a los mulás sobre el futuro de su régimen. En consecuencia, están desesperados por intensificar sus medidas misóginas para contrarrestar a toda la sociedad y retrasar su caída final.