En un discurso con los altos cargos de la audiencia, el líder supremo del régimen iraní, Alí Jamenei, tocó varios temas, elogiando la administración de Ebrahim Raisi, pasando por alto los problemas económicos de la sociedad y expresando su apoyo al terrorismo y al avance nuclear.

Economía

Irán se enfrenta actualmente a una crisis socioeconómica sin precedentes. Según las últimas estadísticas disponibles, la inflación de más del 50%, la creciente liquidez, los precios por las nubes, el aumento de las tasas de suicidio, el desempleo sin precedentes, la fuga de cerebros y la migración masiva, son algunas de las muchas calamidades a las que se enfrenta la sociedad iraní.

Sin embargo, Jamenei prefirió ver las cosas de otra manera. Aunque admitió a regañadientes y de forma superficial la miseria, trató de culpar a las administraciones anteriores y, como siempre, esquivó la responsabilidad.

"Los dirigentes, gestores anteriores y los que vinieron después, todos saben que los indicadores (económicos actuales) no son deseables. No se han ajustado a lo largo de los años, lo que ha llevado a la situación actual", admitió, aunque rápidamente añadiendo: "Ahora, por supuesto, todo esto se puede corregir. Todos estos problemas económicos pueden resolverse sin duda, si Dios quiere, y todo irá bien".

A continuación señaló: "Pero en un país, la economía no es el indicador exclusivo de poder, progreso y éxito. Hay otros indicadores que también hay que medir".

"En diferentes frentes, hemos logrado la autosuficiencia y hemos logrado la innovación", dijo Jamenei. "En la televisión, ha habido muchos casos en los que cuatro o cinco jóvenes, por ejemplo, se han unido, han producido algo, han creado algo muy valioso y de mejor calidad que los extranjeros. Todos somos testigos de ello. Estos son los logros de una nación; estos son los progresos de una nación".

Hablando largo y tendido sobre cómo su régimen ha logrado resistir las sanciones internacionales, evitar la deuda externa y realizar progresos científicos, industriales y tecnológicos, Jamenei llegó a decir que la gestión del país "ha sido fluida".

Terrorismo

"Estos logros y otros factores, como la expansión de la profundidad estratégica y la influencia espiritual de Irán en la región, han convertido a la República Islámica en un modelo atractivo", se jactó, poniendo en valor la malvada influencia de Teherán en Oriente Medio.

Apuntando directamente a Arabia Saudí, Jamenei apuntó: "En lo que respecta a Yemen, tengo un consejo para estos señores saudíes, que es realmente la buena voluntad y la benevolencia. "¿Por qué persiguen una guerra que saben que no hay posibilidad de ganar?".

A pesar de los recientes reveses militares de las milicias Houthi respaldadas por Teherán en Yemen, Jamenei adoptó un tono belicoso, diciendo: "Con los esfuerzos del pueblo yemení, con el coraje mostrado por sus líderes, con esta iniciativa práctica que tienen en varios sectores, no hay posibilidad de victoria (para los saudíes)".

"Los dirigentes no deben esperar en absoluto a que se resuelva la cuestión nuclear", añadió Jamenei. "No dejes que tu trabajo se vea perturbado, tanto si las negociaciones dan resultados positivos como si son parcialmente positivas o negativas".

También expresó deliberadamente su apoyo al equipo negociador, que ha sido criticado recientemente por algunos medios de comunicación nacionales y es presionado por el Parlamento para que revele los términos del nuevo acuerdo nuclear.

"Es normal criticar y evaluar su actuación, siempre que estas opiniones estén libres de desconfianza y pesimismo. Como he dicho a menudo, estas opiniones no deben debilitar a los interesados ni hacer que el pueblo pierda la esperanza", dijo Jamenei. "Hasta ahora, nuestro equipo negociador ha resistido las excesivas exigencias de la otra parte y, si Dios quiere, (esta resistencia) continuará", añadió Jamenei, tratando de calmar a los críticos.

Moral

Aunque los medios de comunicación occidentales se centraron únicamente en las observaciones de Jamenei sobre las negociaciones nucleares, quizá la parte más importante de su discurso se produjo al principio. Tras un largo discurso sobre la piedad y las buenas costumbres, Jamenei pidió a sus seguidores que fueran pacientes y se abstuvieran de rendirse.

"La lentitud es contraria a la arrogancia, la cual es una enfermedad además de ser miserable. ¿Qué significa pereza? Es un espíritu débil, que se siente incapaz, que se siente impotente, que no puede aguantar más. La sensación de estancamiento en todo. El letargo te hace sentir que estás ante un callejón sin salida y te dices a ti mismo que ya no se puede hacer nada. Este es un veneno peligroso. Para un directivo, es tóxico sentirse atascado. Y los enemigos intentan inculcar este sentimiento en todos nosotros de diversas formas. Con reuniones, con charlas, con canciones, con entrevistas, con noticias, con ciertas actividades operativas... Intentan crear desesperación, pasividad, bloqueo y cosas similares en sus oponentes. Esto es perjudicial”.

Advirtiendo a sus funcionarios a no demostrar debilidad, dijo: "Dada la exitosa experiencia que hemos tenido en varios sectores, si alguien quiere decepcionar al pueblo e inyectar una sensación de estancamiento, quiere romper la moral del pueblo y debilitar la voluntad de los funcionarios, es un acto contra el pueblo, el país y la revolución."