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Irán vive una de las peores situaciones económicas de los últimos 50 años. Mientras que muchos apologistas del régimen culpan a las sanciones internacionales de la crisis económica de Irán, los medios de comunicación estatales señalan al régimen como la verdadera causa de la crisis actual. 

"El tipo de cambio del dólar y el precio de las monedas están subiendo. La inflación y el aumento de los precios de los bienes y servicios, sobre todo de los alimentos y productos de primera necesidad, siguen aumentando de forma alarmante en los últimos meses", escribía el 14 de agosto el diario estatal Aftab-e Yazd.

Vahid Shaghaghi-Shahri, uno de los economistas del régimen, describió la situación económica de Irán como un "almacén de paja en llamas". "No podemos extinguir el fuego en poco tiempo, pero hay que retirar la paja del interior del almacén para que el fuego no dañe todo el almacén", añadió Shahri, según el periódico estatal Aftab-e Yazd.

Shahri señaló que el "importante problema de la economía iraní es que el crecimiento del efectivo es muy alto".

El régimen ha comenzado a imprimir billetes para compensar su déficit presupuestario. La impresión de dinero ha aumentado la tasa de liquidez, y como el crecimiento de la liquidez en Irán es mucho mayor que la tasa de producción, ha provocado la inflación. 

"Las últimas estadísticas muestran que el crecimiento de la liquidez supera el 40%. Supongamos que el crecimiento de la liquidez del 40% continúa, con más de 3,7 cuatrillones de liquidez. En este caso, significa que este año debemos esperar que se inyecten más de 4 billones de tomanes de liquidez en la economía cada día", dijo Shahri a Aftab-e Yazd a este respecto.  

Shahri reconoció que "la capacidad de gestión económica de los grandes proyectos en el país es generalmente débil, y esto se debe a la escasa gestión de los recursos humanos en el país, la falta de control sobre el sistema de gestión de los grandes proyectos, los problemas institucionalizados y los centros de poder". 

La economía de Irán se resiente de la economía del régimen. El régimen ha malgastado la riqueza nacional en el terrorismo y en la expansión de su antipatriótico programa de armas nucleares. 

El pueblo iraní ha sido testigo del despilfarro de su riqueza en el terrorismo y otras actividades malvadas del régimen. Así, su odio hacia el régimen aumenta cada día. 

"El tiempo ha demostrado que las centrifugadoras y la vida de las personas van en direcciones opuestas. Tenemos que elegir uno. Estamos convencidos de que las negociaciones no tendrán resultados [debido a la persistencia del régimen en proseguir con su programa nuclear]. A medida que la situación económica se deteriora, el umbral de tolerancia de la población cae a cero, lo que lleva a la gente a todo tipo de protestas y revueltas, que finalmente conducen al caos o a una represión generalizada [por parte del régimen], ambas cosas catastróficas para el sistema", escribió el diario Arman el 16 de agosto. 

"Un informe del Centro de Estadísticas e Información Estratégica del Ministerio de Protección Social muestra que los precios de los alimentos han subido un 71% y que esta tendencia conducirá pronto a una inflación asombrosa. Incluso se teme que la economía iraní se dirija hacia la hiperinflación y la inflación incontrolable. En los últimos días de la semana pasada, el economista iraní Massoud Nili, en una reunión de grupo de economistas con el presidente [del régimen] Ebrahim Raisi, dejó claro que "desgraciadamente, ahora estamos al borde de una situación inflacionaria difícil e incontrolable", escribió el periódico estatal Eghtesad-e Pouya. 

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Eghtesad-e Pouya reconoció la verdadera preocupación de los economistas del régimen y de los medios de comunicación estatales al señalar que "la crisis económica y social ha llevado al país a un punto peligroso, y si la crisis no se gestiona y controla lo antes posible, el [régimen] entrará en un camino más difícil".

Las recientes manifestaciones en todo Irán han demostrado que el pueblo iraní considera que el régimen es la única fuente de las crisis de Irán. Como destacan los medios de comunicación estatales del régimen, la aversión de la población al régimen de los mulás y a sus políticas destructivas es cada vez mayor. Los hechos anteriores también subrayan que las crisis económicas de Irán no se deben a las sanciones, y como han señalado los iraníes en sus protestas, "el enemigo está aquí [en Irán]". Mienten que es Estados Unidos". La comunidad mundial debería considerar que otorgar cualquier concesión al régimen sólo le permitiría alimentar su maquinaria belicista, con resultados devastadores para el mundo entero.