El régimen iraní juega con las estadísticas de víctimas de Covid-19
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Irán, 13 de agosto de 2021 - Mientras el número de muertos por la epidemia de coronavirus en Irán se acerca a los 360.600, el régimen sigue retrasando la compra de vacunas Covid-19 y se dispone a infligir más dolor y daño a la población del país.
La llegada de Ebrahim Raisi a la presidencia coincidió con el aumento del número de víctimas de Covid-19 en Irán. Según las estadísticas del régimen, el número de víctimas llegó a 588 en un período reciente de 24 horas. La cifra más alta se registró el 26 de abril, con 496 víctimas del coronavirus. Las estadísticas oficiales muestran un récord de 40.808 casos el 9 de agosto.
Por supuesto, hay que señalar que estas cifras no son reales y han sido revisadas a la baja. La cifra real es mucho mayor, y la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI/MEK), de la oposición iraní, ha hecho declaraciones diarias.
A este respecto, basta con citar un tuit de Abbas Abdi a Raisi:
"... Hagamos algo aceptable hoy. Ordena que se publiquen las estadísticas de registro para que el pueblo, y especialmente los funcionarios del gobierno, incluido tú mismo, sepan que el número real de muertos es 2,5 más que las cifras oficiales."
Las estadísticas oficiales también muestran que 336 ciudades de Irán están registradas como zonas rojas.
Las estadísticas oficiales muestran que un iraní muere cada dos minutos y medio. Este fenómeno se atribuye a Covid-19 cuando el verdadero culpable es el régimen de los mulás. El virus ha sido erradicado en muchos países, y éstos están eliminando protocolos como uso de mascarillas. La solución es poner en marcha un esfuerzo de vacunación nacional significativo y eficaz utilizando vacunas aprobadas a nivel mundial.
Shahriar, southwest of #Iran
— People's Mojahedin Organization of Iran (PMOI/MEK) (@Mojahedineng) August 5, 2021
Milad Hospital
Voice explains the dire situation of #COVID patients and how they are forced to wait 3-4 in line to receive medical attention.pic.twitter.com/jJRq7GhU47
¿Por qué se retrasa la vacunación en Irán?
El 9 de enero, el líder supremo del régimen, Alí Khamenei, pronunció un discurso televisado en el que manifestó claramente su oposición a la compra de vacunas Covid-19. "Se prohíbe la entrada en el país de las vacunas americanas y británicas Covid-19. Se lo he dicho a nuestros funcionarios y ahora lo digo públicamente", dijo.
"Si los estadounidenses hubieran sido capaces de fabricar la vacuna, su país no estaría en esta situación. Tampoco nos fiamos de los americanos. A veces quieren probar sus vacunas en otras naciones", añadió Khamenei.
Mientras jugaba literalmente con la vida de la gente, Khamenei dijo en el mismo discurso que las actividades terroristas del régimen continuarían aumentando la potencia de sus misiles.
El espejismo de la vacuna propia
Condicionar la vacunación a la producción de una vacuna interna no es más que una promesa vacía. El objetivo está lejos de satisfacer las demandas de vacunación de la población.
Khamenei está utilizando literalmente el nuevo coronavirus para consolidar su poder. Por eso lo calificó de "bendición" y se abstuvo de tomar medidas serias para contener la propagación del virus.
Resultó que la difusión de noticias falsas sobre la presentación de vacunas nacionales tiene por objeto mantener la prosperidad y la propagación de Covid-19 en Irán.
August 8 - Mashhad, northeast #Iran
— People's Mojahedin Organization of Iran (PMOI/MEK) (@Mojahedineng) August 8, 2021
A hospital waiting room
The delta variant is infecting thousands as regime Supreme Leader Ali Khamenei banned credible vaccines and only a small fraction of the elderly have been vaccinated.#COVID19 pic.twitter.com/xvY01qN3ZK
Genocidio en nombre de Covid-19
Hoy en día, ha quedado claro que Khamenei necesita urgentemente un aumento del número de muertos en todo Irán. Cada muerte, además de establecer un clima de miedo sobre la enfermedad, provoca frustración y desesperación. En una cadena interminable, este fenómeno involucra a los miembros de la familia y conduce a muchos problemas mentales. En lugar de dirigir su ira y su rabia hacia la causa de la situación, se centran en la pura supervivencia, y la depresión se convierte en un sentimiento cotidiano en sus vidas, lo que provoca una emisión constante de energía negativa.
En estos casos, la depresión sustituye a la vitalidad y la felicidad. Cuando una sociedad sufre de depresión y muerte espiritual, un dictador es capaz de prolongar su vida.
Cuando la gente apenas tiene lo suficiente para comer, dedica todo su tiempo a trabajar incansablemente en el dolor sólo para tratar de poner comida en la mesa para sus familias. En tales circunstancias, simplemente no pueden pensar en cuestiones políticas y en la falta de libertades básicas.
El Líder Supremo del régimen considera que Covid-19 es uno de sus mayores aliados, no un azote para el pueblo iraní. Y para mantenerse en el poder, Khamenei recurrirá a todas las medidas, incluso a desafiar a la propia ciencia.
Este régimen ha arrastrado al pueblo iraní a un proceso aparentemente interminable de satisfacción de las necesidades más básicas. Les impide pensar en cuestiones más importantes.
Mientras tanto, las protestas de noviembre de 2019 en Irán y los continuos levantamientos en la ciudad de Saravan y la provincia de Khuzestan han demostrado que la política de utilizar a los seres humanos como escudos contra el levantamiento del pueblo está fracasando. En los estratos más bajos de la sociedad iraní, la ira se acumula constantemente y estalla de repente aquí y allá.
El genocidio en Irán bajo la máscara de Covid-19 es un crimen atroz contra la humanidad. Los principales responsables de este crimen son Alí Khamenei y todos sus subordinados. Es una prueba innegable de que Khamenei es el culpable de los cientos de miles de muertes que Covid-19 infligió al pueblo iraní. Y el pueblo lo recordará la próxima vez que salga a la calle a protestar y exigir un cambio de régimen.
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