¿Está el régimen de Irán llevando el agua a Rusia?
Las conversaciones de Viena sobre el controvertido y sospechoso programa nuclear del régimen iraní dieron un giro desagradable la semana pasada. Rusia, tras recibir fuertes sanciones internacionales por su invasión no provocada de Ucrania, ha vinculado el futuro de las conversaciones a su nueva serie de exigencias.
Lógicamente, Teherán debería protestar contra esta medida de Moscú, ya que el presidente ruso Vladimir Putin está literalmente tomando como rehenes los intereses del régimen iraní para socavar las recientes sanciones contra su gobierno. Sin embargo, los altos cargos del régimen iraní no han hecho ninguna protesta de este tipo, lo que lleva a la conclusión de que los mulás necesitan el apoyo de Rusia, cueste lo que cueste, y que están dispuestos a llevar el agua de Putin.
Por ello, los medios de comunicación estatales iraníes han expresado recientemente su preocupación. El 12 de marzo, el diario estatal Etemad publicó un artículo sobre este tema tan sensible y en constante evolución. "Rusia está planteando nuevas cuestiones, que no tienen otro sentido que el de mantener como rehenes los intereses de Irán y el propio JCPOA, aumentando la preocupación sobre el destino de la negociación", explicaba el artículo, utilizando el término oficial para el acuerdo nuclear de 2015, el Plan de Acción Integral Conjunto.
"Independientemente de la razón por la que Rusia pide salvaguardias, tenemos que analizar de forma precisa y exhaustiva el statu quo para superar esta crisis. Si la demanda de Rusia no se gestiona adecuadamente, sumirá a Irán en un nuevo ciclo de tensiones interminables. Este asunto puede liberar a Rusia de la presión sobre la cuestión de Ucrania y devolverla a Oriente Medio", añade el artículo.
Este giro de los acontecimientos ha suscitado interrogantes sobre las circunstancias que rodean las negociaciones nucleares y la existencia o no de un texto definitivo.
Según un artículo publicado el 12 de marzo por el diario estatal Resalat, propiedad del régimen iraní, "las diferencias que quedan en Viena no se han resuelto". "Incluso si Rusia no hubiera mencionado sus recientes posiciones, es seguro que todavía no estaríamos asistiendo a un acuerdo final, ya que no se han ofrecido garantías sobre el futuro del JCPOA y las sanciones impuestas a nuestro país por la anterior administración estadounidense tras su salida del JCPOA no se levantarán por completo", continúa el artículo.
El método utilizado por el régimen de los mulás en sus relaciones con Rusia ha permitido a Putin utilizar sus intereses como una pieza en una partida de ajedrez más amplia que implica a las potencias mundiales y a cuestiones que van mucho más allá de Irán y Oriente Medio. Como resultado, muchos en el régimen iraní se preguntan si un resultado positivo está ahora fuera de su alcance, si no es imposible.
"Rusia ha mantenido el JCPOA como rehén en su conflicto con Occidente por la invasión de Ucrania. Moscú insiste en utilizar a Irán frente a la escalada de sanciones occidentales", según un artículo publicado el 12 de marzo en el diario estatal Jahan-e Sanat.
"Sin embargo, parece que con estas exigencias, Rusia quiere sustituir a Estados Unidos como parte principal en las negociaciones nucleares... Al adoptar una política de mirar hacia el Este, hemos puesto nuestra mano bajo el cuchillo de Rusia", añade el artículo.
En los últimos años, el líder supremo del régimen iraní, Alí Jamenei, ha recurrido a Rusia y China. Ha quedado claro que, en contra de las afirmaciones de Jamenei y de los funcionarios de su régimen, éste se ha visto obligado a vender la independencia económica y política de Irán a Moscú y Pekín, dos partes que claramente nunca han tenido en cuenta los intereses del pueblo iraní y no consideran a Teherán como su igual.
Mientras hablamos, Teherán está subastando el petróleo del pueblo iraní a bajo precio a China a cambio de bienes, lo que está perjudicando gravemente la producción interna de Irán. Para empeorar las cosas, los mulás están en proceso de concluir un desastroso acuerdo de 25 años que seguramente dará a China una parte aún mayor de la economía iraní, con muy poco a cambio.
El régimen iraní también está negociando otro "acuerdo estratégico" con Rusia, del que la opinión pública iraní ya se ríe como si fuera el segundo Tratado de Turkmenchay, en el que la monarquía Qajar del siglo XIX cedió grandes extensiones de territorio iraní a la Rusia zarista.
El enfoque de Jamenei en Oriente ha convertido a su régimen en rehén de la política y los intereses de los centros de poder orientales que no se preocupan por Irán y su futuro.
0 comments