Las preocupaciones del líder supremo del régimen iraní se reflejan en su discurso anual
Ali Jamenei, el líder supremo del régimen iraní, demostró claramente las preocupaciones y prioridades del camino de su régimen, en sus comentarios sobre Nowruz, el 20 de marzo. En este discurso, dirigido principalmente a las fuerzas afiliadas a su régimen, Jamenei utilizó la palabra “esperanza” 29 veces, enfatizó en instar fuertemente a sus funcionarios estatales a “crear esperanza” y prevenir la frustración.
“Hoy, nuestros intereses nacionales y un futuro brillante dependen de la esperanza y la fe, sobre las cuales he tenido una discusión detallada antes del año 1402 (marzo de 2023-marzo de 2024)”, dijo Jamenei. “Quiero enfatizar esto: esperanza y fe. Si el amanecer de la esperanza se desvanece en los corazones, no habrá camino a seguir”.
Jamenei afirmó que su régimen ha sido testigo de avances durante el año pasado y añadió: “Estos avances son posibles cuando ustedes y yo, contamos con esperanzas sobre el futuro; cuando tenemos esperanza; cuando sabemos que se puede avanzar, se puede trabajar y se pueden tomar medidas”.
“En mi opinión, algunas personas utilizan un lenguaje pesimista; ¡niegan la existencia de esperanza en los jóvenes y tratan de erradicar la esperanza de sus corazones!… Es como si hubieran tendido trampas, para apagar el espíritu de esperanza en los jóvenes y hacerlos perecer”, afirmó.
Siete años de levantamientos provinciales y nacionales, han dejado claro que, la retórica de Jamenei no resuena entre la población iraní. Las recientes elecciones falsas del 1 de marzo, sirvieron como un claro ejemplo, ya que el boicot decisivo por parte del pueblo, demostró su rechazo absoluto a cualquier reforma interna, y puso al descubierto la ilegitimidad del régimen.
Teniendo en cuenta el uso del lenguaje inverso por parte del régimen iraní, es evidente que palabras como “esperanza” y “juventud”, tienen implicaciones más profundas dentro de la mentalidad de Jamenei. A la luz de esto, existe una importante crisis moral entre las fuerzas supuestamente leales a Jamenei, a quienes se les ha confiado la tarea de reprimir a la población iraní, para mantener su reinado.
La estrategia de Jamenei implicó orquestar una elección teatral, destinada a purgar a los elementos cercanos al poder, consolidar su autoridad y abordar la cuestión de la sucesión, a través de una Asamblea de Expertos meticulosamente examinada. Sin embargo, esta “cirugía”, si bien pretendía reforzar su control, ha provocado una reacción considerable. Los funcionarios estatales y figuras de los medios de comunicación, marginados de posiciones de influencia, han intensificado sus esfuerzos para exponer la corrupción dentro del régimen. Posteriormente, sin darse cuenta, están socavando a aquellos leales a Jamenei, y socavando a aquellos que él ha considerado “elegibles para gobernar según el régimen islámico”.
Después de las elecciones, Jamenei se vio obligado a adoptar una postura y comentó: “Hay quienes buscan amargar la dulzura de las elecciones para el pueblo”.
En los últimos años, mientras intentaba consolidar el poder en su régimen, marginando a sus ex cómplices, Jamenei se ha sentido cada vez más frustrado por las ramificaciones de las luchas de poder dentro de su régimen. Sabe que las revelaciones y la exposición de la corrupción del régimen generan insatisfacción, y percibe que estos acontecimientos fomentan la desesperación entre las fuerzas alineadas con él.
Además, la estratagema de Jamenei en Oriente Medio, inicialmente tenía como objetivo reunir a las facciones internas contra una amenaza externa, fomentando un clima de belicismo en la región, buscando en última instancia, consolidar la obediencia bajo su hegemonía. Sin embargo, a medida que crece la conciencia mundial sobre la participación de Teherán en conflictos regionales, Jamenei está empezando a comprender que sus objetivos no se han cumplido. No sólo no ha logrado una victoria estratégica, sino que las autoridades que alguna vez apoyaron abiertamente a sus fuerzas proxy, ahora expresan escepticismo sobre la hoja de ruta de Jamenei para la región.
Jamenei considera que el cuestionamiento y el debilitamiento de su estrategia en la región, son perjudiciales para la moral de sus fuerzas opresivas, y advierte contra tales acciones.
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