Articelo funete 

La guerra en Gaza está entrando rápidamente en su séptimo mes. Considerado uno de los acontecimientos contemporáneos más trágicos, aparentemente la comunidad internacional está a punto de ver las manos del régimen iraní detrás de este acontecimiento. Si bien, han aumentado los llamamientos para contrarrestar la “cabeza de serpiente” en Teherán, la pregunta es por qué y cómo se debe abordar.

Desde su fundación, el régimen iraní ha encontrado la salvación exportando sus crisis internas al extranjero. Frente a una sociedad inquieta y vibrante, el fascismo religioso de Irán ha estado orquestando guerras y financiando grupos terroristas. El fundador del régimen, Ruhollah Jomeini, provocó y dio largas a la guerra entre Irán e Irak durante ocho años, usándola como fachada para oprimir a la sociedad. Envió a millones al frente, mientras sus comandantes utilizaban a cientos de miles de adolescentes y jóvenes como carne de cañón y oleadas humanas. Aprovechando el impulso, los secuaces de Jomeini, enviaron a la horca a decenas de miles de disidentes. Por lo tanto, se puede decir con seguridad, que el tirano sediento de sangre destruyó o al menos, paralizó a una generación.

En reacción, la Resistencia iraní denunció repetidamente el belicismo del régimen. Fue Massoud Rajavi, el líder de la Resistencia iraní, quien fue el primero en llamar a este régimen “la cabeza de la serpiente”. Y la señora Maryam Rajavi, presidenta electa del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI), advirtió a la comunidad internacional poco después de la Segunda Guerra del Golfo, que el peligro de terrorismo de Teherán, es mucho más devastador que su proyecto de armas nucleares.

Parece que después de las acciones de Teherán y sus apoderados en los últimos meses, especialmente los hutíes en Yemen, quienes dañaron el flujo marítimo y el comercio en el Mar Rojo, la comunidad internacional se inclina por lidiar con “la cabeza de la serpiente”.

Mientras tanto, algunos de los llamados “expertos” y apologistas del régimen, afirman que atacar al régimen puede aumentar las tensiones en Medio Oriente. Quienes promueven esta noción falsa intentan ilustrar al régimen como una potencia regional, lo cual está lejos de la realidad.

Sacudido por varios levantamientos, el régimen iraní se enfrenta a una sociedad vibrante e inquieta. Además, la teocracia gobernante tiene que lidiar con la creciente amenaza de una oposición organizada dentro de Irán, la cual ha mantenido encendido el fuego de la resistencia, a pesar de la opresión sistemática. La economía de Irán está en ruinas, y los medios estatales siguen advirtiendo sobre la reacción de la sociedad ante el índice récord de inflación, desempleo y miseria.

Pero, ¿abordar con firmeza la cabeza de la serpiente en Irán significa guerra?

Primero, los gobiernos occidentales han demostrado que están más a favor de un enfoque sin costos hacia el régimen. Cuatro décadas de apaciguamiento hacia el régimen, y de creer en el mito de la moderación, son testimonio de este hecho.

Ha habido varias operaciones contra los intereses y representantes del régimen iraní en los países vecinos, pero llegaron demasiado tarde, fueron demasiado limitadas y deberían haber ocurrido antes.

Durante décadas, la Resistencia y el pueblo iraníes, han pedido un cambio de régimen, considerándolo la única opción para frenar eficazmente el terrorismo a nivel mundial. Esto sólo podría y debería suceder mediante el pueblo iraní y su oposición organizada. ¿Cómo es eso posible?

La adopción de varias medidas inmediatas cambiará el panorama político en la región, y ayudará a calmar las tensiones. Estos pasos incluyen:

1.    Poner en la lista negra a la Guardia Revolucionaria del régimen iraní (CGRI), que es la fuerza principal detrás del belicismo y la opresión del régimen.

2.    Reconocer el derecho del pueblo iraní a derrocar el régimen y a la autodefensa, frente a la brutal opresión del IRGC.

3.    Cerrar las embajadas del régimen en todos los países europeos y expulsar a sus agentes.

4.    Abordar con firmeza a los apoderados del régimen y expulsar al IRGC de la región.

5.    Siempre que se adopten, estas medidas pueden conducir a un cambio efectivo en Irán, y a una solución sostenible para la paz y la seguridad en la región.