Pero antes permítanme saludar a mis compatriotas baluchis. En el aniversario del levantamiento de Zahedan, donde el año pasado el régimen asesinó a 120 personas, organizaron valientes manifestaciones y se enfrentaron a las fuerzas represivas bajo el fuego y los gases lacrimógenos.

También saludo a los valientes jóvenes que encabezaron numerosas protestas en el aniversario del levantamiento de 2022, a pesar de la presencia masiva de la Guardia Revolucionaria y otras fuerzas represivas.

Según el régimen, sólo el 16 de septiembre fueron detenidas 600 mujeres en Teherán. La represión contra las mujeres continúa y, recientemente, una joven de 16 años fue duramente golpeada por agentes del régimen con el pretexto de que no respetaba el velo obligatorio, y ahora se encuentra en coma. Para impedir que ocurra nada, el régimen ha rodeado el hospital.

Hago un llamamiento a todos los organismos internacionales y a las organizaciones de defensa de los derechos de la mujer para que condenen este caso y lleven a cabo una investigación más exhaustiva.

La voluntad social de continuar el levantamiento

Con respecto al levantamiento del año pasado, me gustaría mencionar varias conclusiones significativas y prácticas.

En primer lugar, la voluntad social de continuar las manifestaciones ha aumentado, a pesar de la represión masiva. Jamenei y el cuerpo de pasdarán no podrán impedir que este volcán entre en erupción.

En segundo lugar, los gobiernos occidentales han ayudado en gran medida al régimen. Por ejemplo, la relajación de las sanciones ha aumentado sus ingresos petroleros. Sin embargo, Jamenei y su criminal presidente, Ebrahim Raissi, no han conseguido desbloquear el régimen. La crisis económica y social se ha intensificado y el descontento social ha crecido. Los medios de comunicación oficiales publican a diario informes sobre el creciente número de ataques de jóvenes contra los pasdaran. Estos informes indican que la gente no teme a los pasdaran.

La tercera conclusión es que el impacto social del PMOI y el NCRI ha crecido considerablemente en el interior del país durante el último año.

A pesar de la detención de miles de miembros de las unidades de resistencia, su red se ha extendido a muchas provincias.

El régimen teme un movimiento nacional

Con respecto al levantamiento del año pasado, el presidente del parlamento de los mulás afirmó que "la PMOI desempeñó el papel más importante en la organización y dirección de estos incidentes". Los expertos del régimen afirman que "el principal problema al que tenemos que hacer frente hoy en nuestro país es la PMOI". Dicen, y cito: "Hoy nos enfrentamos a una nueva versión de la PMOI" que es "ciertamente más peligrosa".  Lo que quieren decir es que el PMOI ha desarrollado una vasta red dentro de Irán.

Por eso el régimen ha intensificado sus ataques contra la PMOI para contrarrestar los avances de la Resistencia.

Dentro de Irán, lo hace mediante la represión. Internacionalmente, lo hace demonizándola y pidiendo a otros gobiernos que impongan restricciones a la Resistencia iraní. De este modo, intenta mantener el equilibrio. El núcleo del problema es el miedo del régimen a un movimiento nacional dispuesto a un cambio fundamental en Irán.

La fracasada política de la complacencia

Hace mucho tiempo que ninguno de los partidarios de la complacencia puede defender abiertamente este régimen criminal. Nadie puede afirmar que exista una facción moderada dentro del fascismo religioso. En su lugar, se basan en tres argumentos principales.

En primer lugar, afirman que si se derroca el régimen, la situación empeorará.

En segundo lugar, sostienen que el régimen es capaz de contener las manifestaciones.

En tercer lugar, y lo más importante, niegan la existencia de una alternativa creíble y afirman que la PMOI no tiene ningún apoyo en Irán.